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viernes, 14 de julio de 2017

¿Por qué ser vegetariano? aspecto ecológico

¿Por qué ser vegetariano? aspecto ecológico

 

Apetito por la carne como fuerza impulsora del daño ambiental 

 Aquí hago un paréntesis y me gustaría compartirles que, a mi parecer, es el punto más  relevante a considerar.

Debido a que somos totalmente dependientes de la naturaleza, ya que de ella extraemos todos los recursos que necesitamos para vivir, y si queremos tener éxito como especie debemos replantearnos nuestra relación con el medio ambiente, ya que sin darnos cuenta, estamos cada vez más cerca del punto de no retorno, en donde no importa lo que hagamos, ya va a ser demasiado tarde.   


 Pero para poder realizar un análisis sobre en base esta afirmación es necesario conocer los hechos y la información disponible, que es mucha por cierto, por lo que les pido que se tomen el tiempo necesario para interpretarla.


  A pesar de todos los esfuerzos para reducir la destrucción de los bosques tropicales y la protección de los hábitats naturales y las poblaciones de vida silvestre en todas las zonas tropicales húmedas, los años venideros no se ven más prometedores para la conservación de los bosques tropicales y la biodiversidad.

Enfoques clásicos de conservación, tales como los intentos de preservar los hábitats prístinos dentro de los parques nacionales y otras áreas protegidas, no han logrado detener la expansión en estas áreas.


Impulsado por una variedad de presiones sociales y económicas, se continúa con expansión en los últimos bosques nativos.  El papel de la ganadería en la deforestación es de particular importancia en América Latina, donde se producen las mayores pérdidas netas de bosques.


Sequia mundial en las tierras




América Latina es la región donde ocurre la mayor expansión de los pastizales y tierras de cultivo para cultivos forrajeros a expensas de la disminución de la superficie forestal.

En toda América Latina, la conversión de bosque está dominado principalmente por el establecimiento de pastizales y tierras de cultivo, independientemente de las características de los suelos, regímenes de clima y topografía.

Los pastizales ocupan la mayor parte de las tierras agrícolas en la región y generalmente, la rentabilidad del ganado como una empresa productiva es baja. Sin embargo, esto se torna muy lucrativo si se garantiza la ocupación de tierras.


 El cambio más importante en el uso del suelo en las zonas tropicales de América Latina en las últimas décadas, ha sido la conversión generalizada de bosques a pastizales para ganado.

En Centroamérica, la superficie forestal se ha reducido casi un 40 por ciento durante las últimas 4 décadas, con aumento de pastizales y ganado bovino durante el mismo período.  Además, la soja y la producción de cereales destinados principalmente para la producción de alimentos han desatado una ola de eventos que conducen a la destrucción de hábitats naturales más allá de las áreas forestales.

Entre 2004 y 2005 se estima que 1,2 millones de hectáreas de bosque fueron talados como consecuencia de la expansión de la soja.



Los costos sociales e impactos negativos resultantes de la deforestación son enormes y son responsables de la degradación y erosión del suelo, contaminación del agua, pérdida de biodiversidad y la pérdida de carbono que contribuyen al calentamiento global.



Grave desforestación a nivel mundial


 Si bien ha habido informes sobre como los bosques tropicales son talados para permitir el avance agropecuario, pocos ecologistas han sugerido que comer carne pertenece a la misma escala de importancia que los tipos de problemas que se han difundido importantes  organizaciones de conservación del medio ambiente.


 Sin embargo, como la ciencia ambiental ha avanzado, se ha hecho evidente que el apetito humano por la carne animal es una fuerza impulsora detrás de casi todas las principales categorías de daño al medio ambiente que ahora amenaza el futuro de la vida humana:



  • la deforestación.
  • la erosión.
  • la escasez de agua dulce, el aire y el agua.
  • el cambio climático.
  • la pérdida de biodiversidad.
  • la desigualdad social.
  • la desestabilización de las comunidades.
  • la propagación de enfermedades.  


Deforestación mundial



¿Cómo un asunto tan pequeño como el consumo individual se convirtió rápidamente en el centro de la discusión sobre sostenibilidad? 


Las amenazas actuales a la biodiversidad no tienen precedentes. Se estima que la pérdida de especies es entre 50 y 500 veces más alta que la registrada en toda la historia del planeta.

Quince de 24 ecosistemas que proporcionan importantes servicios ambientales están en declive. La ganadería constituye cerca del 20 por ciento del total de la biomasa animal terrestre, y el 30 por ciento de la superficie terrestre que ocupa hoy en día estuvo antes habitada por fauna silvestre.

De hecho el sector pecuario podría ser el primer responsable de la pérdida de biodiversidad dado que es la primera causa de deforestación y tiene una alta participación en la degradación del suelo, la contaminación, el cambio climático, la sobreexplotación de recursos pesqueros, la sedimentación de zonas costeras y la propagación de especies invasivas exóticas.

A lo anterior hay que añadir que los conflictos por los recursos con los productores pecuarios suponen una amenaza para diversas especies de predadores salvajes y para las áreas protegidas cercanas a los terrenos de pasto.

 
 En 306 de las 825 ecorregiones terrestres identificadas por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), las cuales abarcan todos los biomas y reinos biogeográficos, el sector pecuario es actualmente una amenaza.

Conservación Internacional ha identificado 35 lugares críticos en el mundo, estos lugares se caracterizan por poseer niveles excepcionalmente elevados de endemismo vegetal y serios niveles de pérdida de hábitats y 23 de ellos están afectados por la producción ganadera.

Un análisis de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) muestra que la mayoría de las especies amenazadas en el mundo se ven sometidas a pérdidas de hábitats debido a la actividad ganadera.
 


Deforestación




La deforestación masiva fue el primer daño ambiental importante causado por el desarrollo de la civilización. Grandes superficies de bosques fueron taladas para dedicarlas a la agricultura y muchas más a la ganadería, ya que los animales necesitan más superficie que los cultivos para producir la misma cantidad de calorías.

Pero nunca importo, siempre había y hay tierras por descubrir y expropiar. Hoy en día, la deforestación es un problema ambiental que preocupa a muchos.

Muchos de ustedes seguro que han escuchado hablar de campañas en contra de la deforestación y el desmonte realizada por personas particulares, grupos o incluso instituciones gubernamentales y no gubernamentales.



Deforestación masiva para explotaciones agrícolas


Es uno de los temas del momento en materia medio ambiental.Y es obvio que nos preocupe, a todos nos han enseñado en el colegio que debemos de cuidar los bosques porque son importantes para nosotros: realizan intercambio de CO2 y O2, protegen el suelo evitando la desertificación, funcionan como tanques de agua dulce donde se almacena el agua que bebemos, son el hogar de millones de especies de flora y fauna, son espacios de educación y aprendizaje, nos brindan recursos fácilmente aprovechables y un largo etcétera.



Pero cuando crecemos, parece que de repente se nos olvida todo lo que aprendimos.Sabemos que hace 50 años, el 50% de la superficie de la tierra estaba ocupada por bosques o selva, pero según el informe “Evaluación de los recursos forestales mundiales” brindado por la FAO en el 2005, demuestra que en ese período se ha arrasado con la mitad de estas zonas, quedando actualmente menos de un 30% aproximadamente.


Es un poco alarmante si tenemos en cuenta que la mitad de los bosques han sido arrasados en tan solo 50 años de los 10000 años que tiene el hombre moderno. Más que obvio se está tornando esta problemática y las evidencias son más que suficientes para dar con un culpable.



Evaluación de los recursos forestales mundiales




Son muchísimas las instituciones que investigan sobre la deforestación y pelean por dar fin a esta o al menos regularla, entre ellas se encuentran Friends of Earth, Unión Mundial para la Naturaleza, la WWF, la Wildlife Conservation Society, Greenpeace, Enviromental Defense Found, Conservation International y un larguísimo etcétera.

Todas son muy buenas y sus intenciones nobles, pero debemos ser sinceros y reconocer que a pesar de los esfuerzos realizados, ninguna de ellas ha logrado resolver el problema porque ninguna a ha abordado el problema fundamental.


Instituciones que investigan sobre la deforestación


 

Causas de la deforestación 

 Debemos reconocer que la principal causa de deforestación es la GANADERÍA y el sistema agropecuario en el cual está basada nuestra economía.

Si lo analizamos un poco es algo lógico. Pensemos un momento.

El ganado tiene que comer, y por cierto, come mucho. La idea de la vaquita pastando feliz en el campo es algo del pasado; hoy en día el ganado se cría de manera masiva, es realmente una industria, y se alimenta con forraje, o sea, con cereales.

Para obtener forraje se deben hacer cultivos, para hacer cultivos necesitamos tierras y para obtener tierras necesitamos avanzar sobre zonas en las cuales antes había bosques, selvas, pantanos, lagunas, esteros y pastizales.



Ganadería y el sistema agropecuario



Hace unos 8 mil años, después de la revolución agrícola, los seres humanos empezaron a talar bosques en cantidades pequeñas pero significativas. A medida que la agricultura se iba extendiendo el humano limpiaba el terreno de árboles y arbustos para permitir que la luz del sol llegara hasta el suelo, pero no era más que eso ya que la baja expectativa de vida de la época mantenía estable al número de habitantes por región.

Hasta que un ingenioso señor llamado James Watt, ayudó a impulsar el desarrollo de la máquina a vapor en el siglo XIX, a partir de lo cual se desencadeno la Revolución Industrial y una explosión demográfica en forma exponencial debido a la mejora de la alimentación y generación de abundancia, gracias a los métodos de automatización  de los trabajos realizados por el hombre y el avance tecnológico aplicado al cuidado de la salud.

Esto fue maravilloso, le permitió al ser humano evolucionar hacia la era tecnológica de hoy y liberarlo de los trabajos arduos, rutinarios y forzosos, dando más tiempo al ocio.

Aunque ahora esto se ha tornado más en un problema que en algo positivo debido al desempleo tecnológico producido por las máquinas y la falta de respuesta de parte de los economistas ante esta situación.

El problema radicó en que se instauró una tendencia creciente en el consumo de alimentos de origen animal, como carnes, huevos y lácteos. Esto requirió un aumento proporcional de la oferta de estos productos de acuerdo a la demanda y al crecimiento poblacional.

Y si recuerdan lo que mencionamos en anteriormente, que en los últimos  años se arrasó con la mitad de los bosques del mundo, podremos hacer una mejor relación de la problemática.



Crecimiento en el consumo de productos cárnicos 




Según el informe de la FAO “Consumo Mundial de Carne entre 1950 y 2002”,  la producción pasó de 44 millones de toneladas de carne por año en 1950 a 242 millones de toneladas en el 2002. Íntimamente relacionado con el consumo per cápita, de 17,2 kg de carne por año a 39 kg per cápita por año. Pero la tendencia sigue creciendo, según la actualización del mismo estudio brindado en 2009, la producción de carne aumento a 285 millones de toneladas con un consumo per cápita de 42,3.




Consumo de carne a nivel mundial



 Cabe aclarar que estos datos constituyen un promedio global, ya que hay grandes desigualdades en el consumo de carne, Dinamarca es el país con mayor nivel de consumo con 145 kg de carne por año por persona y Bután el menor, con 3 kg de carne por año por persona.

Mientras que Argentina se encuentra 18 en esta lista de los países con mayor consumo de carne por debajo de Uruguay, con casi 100 kg de carne por año por persona.


Consumo de carne a nivel mundial por paises




Deforestación = Consumo de carne  




 Actualmente, según los datos brindados por la FAO en su informe “La larga sombra del ganado”, cerca del 40% de la superficie libre de hielos del planeta están bajo agricultura, en tierras anteriormente cubiertas por bosques, sabanas y pastizales naturales, la mayor parte de esa superficie está destinada a producir forraje para alimentar al ganado.

El avance de la franja agropecuaria es mayor en los países subdesarrollados, que son productores de carne, cuyas zonas son las más afectadas por la deforestación.

Entre ellas encontramos a África Central, Sudeste de Asia y América del Sur, especialmente Brasil y Argentina.Quizás noten la dicotomía de países productores/países con hambre y subnutrición.


 La destrucción de la selva Amazonas es producto del capitalismo y el aumento progresivo del consumo de carne y productos de origen animal.

   Las predicciones del gobierno de Lula decían que el mercado global de carne se duplicaría para el 2018, lo que contradice directamente el compromiso de su gobierno en reducir en un 72% la tasa de deforestación para la misma fecha.

La deforestación y el cambio de uso de tierra para ganado y para las industrias agronómicas hacen que Brasil se convierta en el cuarto país emisor de gases de efecto invernadero.  

  En 2006 Greenpeace Internacional brindo un informe muy completo sobre la deforestación amazónica llamado “Devorando la Amazona”, donde expone como se está avanzando sobre la selva amazónica para abrir tierras destinadas a cultivos de soja, y cómo esa soja acaba siendo exportada para la alimentación de ganado que acaba sirviendo de alimento en cadenas de comida rápida y supermercados.



Zona del amazonas


Como parece no haber tenido mucha repercusión en el estado brasileño, nuevamente en 2009, Greenpeace Brasil publicó un informe en el Foro Social Mundial de Belém, el cual muestra que hasta el 80 por ciento de la deforestación en la selva amazónica se debe a un aumento en la cría de ganado para consumo humano.

El informe, titulado Amazon Cattle Footprint (Impacto de la ganadería en la Amazonia. Mato Grosso: estado de destrucción), expone la relación directa entre la expansión de la ganadería y la deforestación en el Estado de Mato Grosso, el área de la Amazonia con mayor tasa de deforestación.


Existen muchas instituciones que avalan esta información y emiten comunicados dando a conocer su preocupación. A principios de este año, una cifra similar fue brindada por el Instituto de Alimentos y Biotecnología de Suecia, que mencionó que el 70% de la deforestación del Amazonas es producida por la ganadería.


 Actualmente, Brasil tiene la cabaña ganadera comercial más grande del mundo y es el mayor exportador de carne de vaca del mundo. Los planes del Gobierno brasileño buscan doblar sus exportaciones de carne de vaca en un 60% para el año 2018 según una nota en el diario El Mundo.


 Esto claramente va en contra de las promesas hechas por los dirigentes de detener la deforestación.

Sin embargo, la deforestación va mucho más allá de las fronteras de contracción de la selva tropical de Brasil. Treinta por ciento del planeta está cubierto de bosques, cerca de cuatro millones de hectáreas. Pero de ellos, sólo el 9% están protegidos. El otro 91% está sujeto a la deforestación y el mal uso.

 Un estudio publicado en la revista de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (PNAS) demostró que entre los años 1980 y 1990 más de 100 millones de hectáreas de tierras agrícolas se desarrollaron en las zonas tropicales.

Del total, un 55 por ciento provino de bosques intactos y otro 28 por ciento provino de bosques previamente perturbados.


 No hace falta que hablemos del Congo, Brasil o Vietnam para exponer estos datos. Los bosques de la Argentina están entre los que están desapareciendo. Hoy en día sólo el 30% de los bosques originales del país permanecen. Los casos más extremos de la deforestación en la Argentina están en el Chaco y la selva de Yungas.


 En el territorio argentino la problemática es tan grave como la de esos países y más aún en la provincia de Córdoba, donde queda menos del 5% de los bosques nativos.


Después de la Amazonía, el Gran Chaco es el bosque más grande de los ecosistemas en el continente americano, extendiéndose por Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil, comprende un millón de hectáreas, el 61% de las cuales están en la Argentina.

El bosque es el hogar de alrededor de cuatro millones de personas, varias especies de árboles de madera dura preciosos, animales en peligro de extinción, y el 70% de la deforestación de Argentina.  

Desforestación en Argentina


Cuando se habla de este tema todos tiran a la mesa a los countries y a los sojeros, pero pocos se detienen a pensar la causa fundacional de esta problemática tan grave en Argentina, teniendo en cuenta de que Argentina es el décimo octavo país más consumidor de carne del mundo, con unos 100 Kg. anuales por personas.

El modelo agropecuario utilizado en Argentina es altamente deficiente y costoso ambientalmente, al igual que en Brasil.


En el  Informe Geo de 2004,  el gobierno nacional ya consideró que “la Argentina se encuentra en estado de Emergencia Forestal, y si se mantiene la meta de llegar a los 100 millones de toneladas de producción de granos, tendría que extenderse la frontera agropecuaria entre 12 y 15 millones de hectáreas, con lo que, en los próximos años estaríamos convirtiendo a la actividad agropecuaria el 50 por ciento de los actuales bosques nativos”.


Si bien el territorio argentino ha perdido superficie boscosa desde 1810, es a partir de 1980-90 que entra en un proceso de deforestación sin precedentes, favorecido por cambios tecnológicos como la siembra directa y la incorporación de los transgénicos, el contexto internacional con la apertura de China a los mercados e inversiones en infraestructura, perdiendo ya dos tercios de la superficie de su bosque nativo, siendo en 2001 la tasa de deforestación registrada por la FAO para Argentina de un 0,8 %, una de las más altas de América del Sur, aunque resulta ampliamente superada en algunos sectores del territorio, tal el caso de la provincia de Córdoba, por lo que hoy el desmonte constituye el más grave problema ambiental, social y económico del país.


 Tras la introducción de los cultivos transgénicos, lecheros, ganaderos y agricultores abandonaron su trabajo para cultivar soja.

Las fronteras agrícolas se extendieron y Argentina se convirtió en uno de los principales productores mundiales de soja.

 En Córdoba, la situación es aún más grave que en el resto de las provincias desforestadas. Un siglo atrás el 60% de la superficie provincial, estaba cubierta por bosques, pero en el informe “Deforestación, agricultura y biodiversidad” redactado por Marcelo Cabido y Marcelo Zak en 2010, ambos investigadores de la CONICET, para la revista digital Hoy Universidad de la Universidad Nacional de Córdoba, se revela que las tasas de deforestación sufridas por los bosques cordobeses no tienen comparación a nivel mundial, superando incluso a los bosques tropicales en otros países pobres y que en 100 años solo queda menos del 5% de los bosques nativos Córdoba.

 Lamentablemente Córdoba constituye el más dramático ejemplo de esa realidad: los procesos de expansión de la agricultura en los departamentos del norte cordobés, entre 1970 y 2000, ocasionaron la pérdida de más de 10 mil km2 de bosques chaqueños por conversión a cultivos anuales, principalmente soja.


Según los datos de Dirección de Bosques de la Nación, de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sostenible, en diciembre de 2004, la provincia de Córdoba es la provincia que tiene la tasa más alta de destrucción de bosques nativos de Argentina, con un 2,93% anual para el período 1998-2002, superando además la tasa mundial, incluso la de África.



Bosques en peligro, humanos en peligro 





 Esto resulta un problema gravísimo, ya que los daños producidos por la deforestación resultaron prácticamente irreversibles en los casos en los que se intentó hacer algo.

Los ecosistemas boscosos son muy frágiles y pocos conocen la altísima dependencia que tenemos hacia ellos, y si conociéramos las consecuencias de la destrucción de estos biomas, más de uno cambiaría de mentalidad.

Algunas de las consecuencias de la deforestación son: desaparición de sumideros de CO2, degradación de los suelos con la consiguiente desertificación, alteración de los regímenes de lluvia, disminución de la biodiversidad, extinción de especies animales y vegetales, inundaciones y un largo etcétera.

Ecosistemas boscosos






 Consumo de agua

  

El agua dulce, como la tierra y los árboles, parecía inagotable durante la mayor parte de los primeros 10 milenios de la civilización post revolución agrícola. Por lo tanto, no parecía importar cuánta agua utilizaba una vaca.

Pero hace unos años, nos dimos cuenta de que la especie humana consume más de la mitad del agua dulce del mundo para sus propósitos, lo que tiene connotaciones enormes en el medio ambiente.

A pesar de lo que muchos creen (o nos venden), una persona requiere entre 50 a 100 veces más agua para producir su comida que para su uso domiciliario.


 La utilización de los recursos de agua dulce deja mucho que desear, especialmente en la agricultura.

En algunos casos, estos recursos son sobreexplotados si el consumo supera al suministro de recursos renovables, originándose así una situación insostenible.

Generalmente, el despilfarro en una zona priva a otras áreas del agua que necesitan, disminuyendo allí la producción agrícola y el empleo.

Otros casos de mala gestión del agua se deben a la extracción de agua de buena calidad y al retorno al sistema hidrográfico de aguas de calidad inaceptable. Los retornos de riego a menudo están contaminados por sales, pesticidas y herbicidas.


Consumo y escasez de agua




Agua para los animales 




 El 22 de marzo del año 2012, la FAO emitió un informe con motivo al “Día Mundial del Agua” cuyo motivo fue el “Agua y seguridad alimentaria” , indicó la necesidad de avanzar hacia un sistema de producción de alimentos sostenible que utilice menos agua, reduzca los desperdicios y pérdidas, reconociendo que la escasez de agua es una causa primordial de falta de alimentos y subnutrición en las personas.

  En este mismo informe, Alan Bojanic, representante regional de FAO en América Latina y el Caribe, menciona que la agricultura utiliza el 70% de los recursos hídricos (donde se incluye el agua empleada en ganadería y el riego de las tierras para la producción de alimentos para el mismo), mientras que la industria utiliza el 20% y sólo 10% se destina a uso doméstico.


Día mundial del agua





Las cifras brindadas por la FAO muestran que para producir un kilo de carne se requieren unos 15.000 litros de agua, mientras que para generar un kilo de granos se requieren 1.500 litros de agua.







Utilización del agua por sectores


Otros números fueron brindados por la Comisión de la ONU sobre Desarrollo Sostenible, "Agua - Más nutrición por la misma cantidad de agua" en 2004, donde mencionaban que para producir 100 gramos de carne se requieren hasta 7000 litros de agua.





En el informe “Alimentar a un mundo sediento: Retos y oportunidades para el mundo seguro del a gua y la seguridad alimenticia” brindado por el Instituto Internacional de Agua de Estocolmo para la semana del cuidado del agua en el 2012 muestra claramente como la escasez de agua producida por los métodos derrochadores aplicados a la producción de alimento va a ser un problema en la mitad del siglo XXI, cuando la población ascienda a unos 9 mil millones y se mantenga la tendencia en aumento de consumo de carnes y derivados.



La agricultura de regadío tiene un impacto significativo sobre el medio ambiente. Un efecto positivo es que el riego de una pequeña área de alta productividad frecuentemente puede reemplazar el cultivo de mayores superficies de tierras marginales. Sin embargo, la extracción de agua de ríos y lagos para el riego también puede poner en peligro ecosistemas acuáticos, como los humedales, ocasionando pérdidas en su productividad y biodiversidad.



Esto ha tenido consecuencias importantes para las poblaciones que dependían en esas áreas de la pesca continental y en la acción filtrante natural de los humedales, que históricamente han depurado buena parte de las aguas residuales del han sido lamentables.


 Muchos países se encuentran en una situación hídrica deficitaria, porque están ya consumiendo más agua que los recursos renovables que tienen disponibles. Los déficits de agua se producen principalmente si la extracción de aguas subterráneas supera la recarga de los acuíferos. Esto conlleva al agotamiento de un recurso natural, por lo que este uso insostenible de los recursos hídricos no puede continuar por mucho tiempo.





 Agricultura de regadío



La sobreexplotación de las aguas subterráneas para la producción de alimentos tiene serias implicaciones.

En muchos países los acuíferos han sido sobreexplotados. Se estima que en los principales países deficitarios de agua anualmente se sobreexplotan alrededor de 160 km3.

Esto significa que aproximadamente 180 millones de toneladas de granos, es decir, alrededor del 10 por ciento de la producción mundial, se están produciendo con recursos hídricos no renovables. Irónicamente, una cantidad similar de alimentos, o incluso mayor, está en peligro en regadíos que tienen drenaje inadecuado y por tanto niveles freáticos altos.


   El exceso y la falta de agua siempre han sido riesgos naturales de la agricultura. En la actualidad, los agricultores sufren más que nunca los extremos climáticos, a pesar de los avances en la predicción del tiempo, del uso de satélites meteorológicos y de la existencia de avanzados modelos informáticos de simulación del clima.

Aunque estos fenómenos extremos puedan ser más frecuentes como resultado del cambio climático, la vulnerabilidad también ha aumentado por otras razones: la densidad de población ha aumentado; el uso de tierras marginales para cultivos inapropiados, que cada vez es más frecuente, aumenta la erosión potencial del suelo y da lugar a inundaciones súbitas; la deforestación de tierras con fuertes pendientes ha eliminado la cobertura vegetal que las protegía; la potente maquinaria agrícola que actualmente se emplea ha eliminado la cubierta vegetal de las tierras en una fracción del tiempo mucho menor que la que antes se requería; y las presiones económicas sobre los agricultores para aumentar la productividad mediante una agricultura intensiva han conducido a prácticas agrícolas inestables e insostenibles.

Será imposible maximizar la producción agrícola con recursos hídricos limitados si no se corrigen los factores que acentúan los efectos de los desastres naturales.


   Además, La ganadería también afecta la recarga de los acuíferos en tanto que influye en los procesos de compactación del suelo, reducción de la infiltración, degradación de los márgenes de los cursos de agua, desecamiento de llanuras inundadas y disminución de los niveles freáticos. La ganadería, al incrementar la deforestación, incrementa también las escorrentías y reduce los cursos de agua durante la estación seca.



El despilfarro de los recursos hídricos, que son limitados, ocurre con frecuencia en cada interferencia humana en el ciclo hidrológico natural.

El riego es evidentemente poco eficiente: el agua se desperdicia en cada fase, desde las filtraciones de los canales que conducen el agua hasta los grandes volúmenes que se aplican en tierras cultivadas, en exceso a las necesidades de los cultivos, o inútilmente a suelos en barbecho.

En el futuro, la mejora de la eficiencia del riego (que actualmente es inferior al 40 por ciento) es un objetivo clave.



 No solo se consume, también se contamina




Al igual que el consumo, la eliminación de residuos parecía no tener límite, ya que el agua como solvente universal, todo lo diluye. Siempre había nuevos lugares para eliminar las excretas.    Pero hoy, los residuos de las enormes granjas industriales supera la capacidad de absorción del planeta, causando sobre saturación de los ríos que llevan residuos ganaderos.


 Las granjas industriales, que son granjas gigantes, también conocidas como corrales de engorde, albergan miles de vacas, pollos o cerdos y producen enormes cantidades de desechos animales.La forma en que estos residuos se almacenan y utilizan tiene profundos efectos en la salud humana y el medio ambiente.






Granjas industriales de engorde


En la mayoría de estas granjas, los animales están hacinados en zonas relativamente pequeñas, con alta densidad poblacional, por lo que el estiércol y la orina se canalizan mediante desagües o sistemas de lavados a las llamadas lagunas de desecho masivo, las cuales no son un espejo azul rodeado de bosques ni montañas, sino que son enormes agujeros en el suelo al aire libre llenos de desechos de los animales, algunas mayores a siete hectáreas que pueden llegar a contener tanto como 75 a 170 millones de litros de aguas residuales.


No es muy difícil suponer que abundan las oportunidades para el desastre, ya que estas lagunas se rompen con frecuencia, se fugan o derraman si se llenan demasiado, provocando una liberación peligrosa de microbios resistentes a los medicamentos y de nutrientes residuales como el nitrógeno y el fósforo. Pero incluso si nada de esto ocurre, estas lagunas aún liberan gases tóxicos y mal olientes. 



Gestión de desechos en lagunas


Frecuentemente el agua contenida en las lagunas es bombeada para rociar los campos. Si bien el estiércol puede ser un excelente fertilizante cuando se aplica a tasas que puedan absorber los cultivos, las granjas industriales producen mucho más estiércol que la tasa de absorción de la tierra, causando filtración de estos residuos hacia las aguas subterráneas.


Estos nutrientes provocan floraciones de algas y otros microorganismos que consumen el oxígeno del agua, produciendo un estado de anoxia o hipoxia acuática con consiguiente muerte de la fauna marina. Estos lugares se denominan “zonas muertas” o “dead zone”, y constituyen un fenómeno que se produce de manera natural, pero la intervención de la actividad humana contribuye a acentuar sus consecuencias nocivas para el medio ambiente, por lo que un riguroso control y manejo de los desechos arrojados a mares y ríos ayudaría a aminorarlas en forma considerable.


 La materia orgánica que se deriva tanto de las excretas de los organismos como de su mortalidad natural, es degradada para su posterior reutilización dentro de la cadena alimenticia por las bacterias, las cuales utilizan oxígeno durante este proceso; sin embargo, cuando la cantidad de materia orgánica se incrementa de manera artificial por los desechos vertidos en las aguas de origen agrícola e industrial, aumenta también la población bacteriana, lo que genera a su vez un consumo de oxígeno disuelto de más del triple de lo normal, ocasionando un descenso abrupto de este vital gas que provoca una mortalidad importante de los seres vivientes que conforman el ecosistema.


 Existen varias zonas, pero unos de los más notorios y estudiados por su extensión y estado alarmante es la llamada zona muerta del Golfo de México, en la desembocadura del Río Mississippi frente a las costas de Louisiana y Texas, que según científicos de la Universidad de Texas A&M se extendía a través de unos 8500 kilómetros cuadrados a mediados del 2011.

Sin embargo, la cuenca del río Mississippi ocupa el tercer lugar en el mundo por su tamaño después de la cuenca de los ríos Amazonas y Congo, drenando aproximadamente el 41 por ciento del territorio de Estados Unidos.


Zona muerta del golfo de méxico
Imagen satelital del Golfo de México, EEUU. Cuando las algas mueren y se hunden, las bacterias que residen en el fondo del mar descomponen la materia orgánica, un proceso que consume oxígeno. El resultado es una región donde hay escasez de oxígeno en las aguas del fondo y cercanas al fondo: la zona muerta.
 


 Y en Argentina sucede lo mismo, sólo que no está estudiado y difundido como los anteriores, esto es fácil extrapolarlo cuando caemos en cuenta que el modelo agropecuario argentino, que es similar al de los EEUU, por lo que no es casual que los ríos Paraná, Salado del Norte, Salado del Sur, Carcarañá, de la Plata y Colorado se inscriban entre los más contaminados del planeta.




Cambio climático




 La atmósfera es fundamental para la vida en la tierra. Además de suministrar el aire que respiramos, regula la temperatura, distribuye el agua y es parte de procesos fundamentales como los ciclos del carbono, nitrógeno y oxígeno, y protege a los seres vivos de las radiaciones perjudiciales.

Estas funciones están reguladas por procesos físicos y químicos complejos que operan en un equilibrio dinámico muy frágil. Hay una creciente evidencia de que las actividades humanas están alterando los mecanismos atmosféricos.

 
 En la actualidad se considera que el cambio climático de origen antropogénico es un hecho comprobado y sus repercusiones en el ambiente han comenzado a someterse a examen.

El efecto invernadero es un fenómeno natural que ocurre en nuestro planeta que ha permitido el desarrollo de la vida y se llama de esa manera porque justamente, actúa como un invernadero, sin el cual la temperatura media de la superficie terrestre no sería de 15 ºC sino de ‑6 ºC.

Este efecto es posible gracias a la atmósfera, una capa de gases que rodea a la Tierra y que permite la entrada de algunos rayos solares que la calientan al mismo tiempo que evita que se propague todo el calor hacia el espacio, pero solo retiene unos rayos, no todos.

 Este mecanismo, que no es para nada simple, permite que el planeta tenga una temperatura aceptable para el desarrollo de la vida tal como la conocemos, y probablemente sin el efecto invernadero no podríamos vivir.

 Por lo que, el efecto invernadero no es un problema en sí, el problema es que el hombre ha logrado que este mecanismo natural aumente su potencia debido a la emisión masiva de los Gases de Efecto Invernadero (GEI), los cuales son el dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxidos de nitrógeno (Nox), el vapor de agua (H2O), el ozono (O3) y los clorofluorcarbonados (CFC's).


Al aumentar la concentración de esos gases en la atmósfera, el efecto invernadero también aumenta, ya que estos gases están reteniendo más rayos solares que lo normal, causando de esta manera el Cambio Climático.


 Según la NASA (National Aeronautics and Space Administration) los cinco años más cálidos desde la década de 1890 fueron 1998, 2002, 2003, 2004 y 2005.


    


Según la NASA (National Aeronautics and Space Administration) los cinco años más cálidos desde la década de 1890



De hecho, el promedio de las temperaturas globales han aumentado considerablemente, y el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático predice aumentos de 1.8-3.9 ° C para el año 2100.

Estos aumentos de temperatura son mucho mayores que los observados durante el siglo pasado, cuando la temperatura media aumentó sólo 0,06 ° C (0,12 ° F) por década según la National Oceanic and Atmospheric Administration.


Las proyecciones en las concentraciones de CO2 y su consiguiente impacto en el aumento de la temperatura global durante el período 2000-2100 se basan en posibles escenarios desarrollados por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático. Fuente: IPCC

Temperaturas globales mundiales



 Es probable que el cambio climático tenga un impacto considerable en el ambiente. En términos generales se puede afirmar que cuanto más rápido ocurran los cambios, mayor será el riesgo de que los daños excedan nuestra capacidad para hacer frente a sus consecuencias.

Se espera que para el año 2100 el nivel medio del mar aumente entre 9 cm y 88 cm, causando inundaciones en zonas bajas y otros daños. Las zonas climáticas podrían sufrir un desplazamiento hacia los polos y las cimas de las elevaciones alterando bosques, desiertos y otros ecosistemas naturales.

Como resultado muchos ecosistemas se degradarán o se fragmentarán y algunas especies se extinguirán.

La intensidad y el impacto de estos cambios presentará variaciones considerables en las diferentes regiones. La sociedad tendrá que afrontar nuevas amenazas y presiones. Si bien no es probable que la seguridad  alimentaria resulte comprometida a nivel global, en algunas regiones se registrarán disminuciones en los  rendimientos de los cultivos básicos y ciertas zonas podrían experimentar escasez de alimentos y hambrunas.



Los recursos hídricos se verán afectados como resultado de los cambios globales en los patrones de precipitaciones y de evaporación del agua. La infraestructura física sufrirá daños generados principalmente por el aumento del nivel del mar y los eventos climáticos extremos.

Los efectos directos e indirectos sobre las actividades económicas, los asentamientos humanos y la salud pública serán numerosos.

Los pobres y los grupos de escasos recursos y, de manera más general, los países menos desarrollados serán más vulnerables ante las consecuencias negativas del cambio climático puesto que su capacidad para elaborar mecanismos que les permitan afrontar esta situación es más limitada.


Inundaciones por el cambio climático
  


Gases de invernadero 




Generalmente cuando hablamos de calentamiento global, hablamos de dióxido de carbono, pero como mencionamos anteriormente, también hay otros en juego, y los 3 gases principalmente son: el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (NO2).


El dióxido de carbono es el gas que contribuye en mayor medida al calentamiento simplemente porque sus emisiones y concentraciones son más altas que las de otros gases. El metano es el segundo gas de efecto invernadero más importante.

Después de su emisión el metano permanece en la atmósfera aproximadamente de 9 a 15 años. El poder de retención de calor del metano es unas 21 veces superior al del dióxido de carbono en un período de más de 100 años.

Las concentraciones atmosféricas de CH4 se han incrementado en aproximadamente un 150 por ciento desde la era preindustrial, si bien recientemente se ha registrado una desaceleración de las tasas de aumento.

Las emisiones de este gas proceden de una variedad de fuentes tanto naturales como asociadas con la actividad humana, entre las que podemos mencionar los rellenos sanitarios, los sistemas de petróleo y gas natural, las actividades agrícolas, la minería del carbón, la combustión de fuentes móviles y fijas, el tratamiento de aguas residuales y ciertos procesos industriales.


Gases de efecto invernadero



El óxido nitroso es el tercer gas de efecto invernadero con mayor potencial para el calentamiento directo. Aunque está presente en la atmósfera en cantidades muy reducidas, sin embargo, su capacidad de retención de calor es 296 veces superior a la del dióxido de carbono y su tiempo de permanencia en la atmósfera es muy largo (114 años).


La mayoría de nosotros sabemos que nuestros vehiculos, el combustible utilizado para generar electricidad en las centrales termoeléctricas e incluso nuestras fábricas afectan negativamente al medio ambiente.     Sin embargo, los alimentos que consumimos siempre estuvieron fuera de la discusión.



El ganado como principal emisor de gases de efecto invernadero




La contribución del sector pecuario en su conjunto en estos procesos no es bien conocida. Prácticamente en todas las etapas del proceso de producción animal se emiten y liberan en la atmósfera sustancias que contribuyen al cambio climático o a la contaminación del aire, o se obstaculiza su retención en otros reservorios.

Estos cambios son no sólo el efecto directo de la cría del ganado sino también la contribución indirecta de otras fases del largo camino que conduce a la comercialización de los productos pecuarios.

El informe de la FAO “La larga sombra del ganado” publicado en 2006 expuso la evidencia: nuestra dieta, y en concreto, la producción de carne es responsables del 18% de las emisiones de gases de efecto invernadero medidas en equivalencia de CO2, generando más gases de efecto invernadero que el transporte y las fábricas.


 Su conclusión fué: “El sector ganadero constituye uno de los más importantes factores de degradación ambiental, tanto a nivel local como global. Los resultados de este informe sugieren que debería ser un punto esencial en las políticas para tratar los problemas de degradación de las tierras, del cambio climático y la contaminación del aire, de la falta de agua y la contaminación de la misma, y de la pérdida de biodiversidad. (...) Su impacto es tan importante que debe ser atajado con urgencia”.     


El sector ganadero constituye uno de los más importantes factores de degradación ambiental



Como dijimos anteriormente, una tonelada de metano, el gas principal de efecto invernadero agrícola, tiene el potencial de calentamiento global de 23 toneladas de dióxido de carbono.

Una vaca lechera produce aproximadamente 75 kilogramos de metano al año, equivalentes a más de 1,5 toneladas métricas de dióxido de carbono. La vaca, por supuesto, sólo está haciendo lo que es natural, eliminar gases es algo natural.

Sin embargo, las personas tienden a olvidar, que la ganadería es una industria. Hemos limpiado la tierra, sembraba el pasto, criado el stock, y así sucesivamente, es una GRAN INDUSTRIA y constituye un asunto humano.

A pesar de esto, todavía ningún gobierno ni entidad responsable se plantea promocionar un estilo de vida más sano y más sustentable.
 

 Pero la FAO no es la única entidad que reconoce esta realidad. Según el reciente estudio de Goodland and Anhang, publicado en la revista World Watch, el ganado y sus subproductos serían responsables del 51% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

En el mencionan que “sustituir los productos ganaderos por alternativas basadas en soja y otros vegetales sería la mejor estrategia para combatir el cambio climático. Este enfoque tendría unos efectos mucho más rápidos sobre las emisiones y su concentración atmosférica (y por consiguiente sobre el ritmo de calentamiento global) que las acciones para sustituir los combustibles fósiles por energía renovable”.



sustituir los productos ganaderos por alternativas basadas en soja y otros vegetales sería la mejor estrategia para combatir el cambio climático



Muchos de los impactos del calentamiento global ya son detectables. A medida que retroceden los glaciares, el nivel del mar sube, la tundra se descongela, los huracanes y otros fenómenos meteorológicos extremos se producen con mayor frecuencia, y los pingüinos, osos polares y otras especies luchan por sobrevivir, los expertos anticipan aumentos aún mayores en la intensidad y prevalencia de estos cambios como el siglo 21 trae aumentos en las emisiones de gases de efecto invernadero.


 No es un tema menor, siempre ignoramos las consecuencias hasta que suceden. A nivel global, las actividades pecuarias contribuyen con un porcentaje estimado del 18 por ciento del total de emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero provenientes de los cinco principales sectores emisores de estos gases: 1) energía; 2) industria; 3) residuos; 4) uso de la tierra, cambio de uso de la tierra y silvicultura; y 5) agricultura.

Considerando solamente los dos últimos sectores, la participación del sector pecuario está por encima del 50 por ciento y tomando exclusivamente el sector agrícola, el sector pecuario da cuenta de aproximadamente el 80 por ciento del total de las emisiones.


 La agricultura en el planeta habría ya superado un punto de inflexión amenazante, pasando de ser una causa menor de degradación ambiental hace tan sólo 35 años, a constituir la principal fuente de deposición de nitrógeno y fósforo en ambientes terrestres, acuáticos y marinos, como así también la causa más importante de la calentamiento global, desaparición y fragmentación de hábitats y de la consecuente pérdida de bosques y biodiversidad.



  
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                                                                                                         Ezequiel Martín Arrieta
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