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viernes, 14 de julio de 2017

¿Por qué ser vegetariano? aspecto sanitario

¿Por qué ser vegetariano? aspecto sanitario


Salud y dieta 

   Hasta ahora hemos hablado sobre la ineficiencia del modelo de producción de alimentos de origen animal y el impacto medio ambiental que implica esta industria en estado creciente.

¿Pero qué hay de la salud?  ¿No es la carne algo necesario? ¿No es un alimento indispensable e imprescindible en la dieta humana?.

Eso es simplemente falso y ya vamos a ver porque.

Voy a recalcar la importancia que tiene este tema por lo menos para mí, me interesa la salud de las personas, y reconociendo los grandes beneficios de la dieta vegetariana aportado por las conclusiones de las investigaciones en nutrición, es evidente que la recomiende, especialmente en una sociedad con un estado de salud cada vez más deplorable, donde lo común es padecer de hipertensión arterial, hiperuricemia, infarto agudo de miocardio, accidente cerebro vascular, obesidad o diabetes.

Al igual que el medio ambiente, todo esto es producto del mismo sistema que fomenta un tipo de alimentación insalubre, condicionando la dieta de la población a través del marketing y la fijación de los valores culturales.

Mediante una correcta alimentación el ser humano puede influir de manera determinante sobre su salud, su capacidad de rendimiento y su esperanza de vida.

 El ser humano, como todo ser vivo, necesita materiales con los  que construir o reparar su propio organismo,  energía para hacerlo funcionar, y  reguladores que controlen ese proceso.

Para conseguirlo debe proporcionar a su cuerpo las sustancias requeridas, lo que se hace posible mediante la alimentación.  



La obesidad una gran enfermedad de la población mundial



Sistema deficiente



Como mencioné anteriormente, casi todo lo que se realiza en el marco del sistema  monetario es deficiente, esto es totalmente aplicable a la alimentación.

Consideremos la industria de los alimentos y pensemos en la mala influencia que a veces tiene en la nutrición y en la salud.

Las tasas de obesidad se disparan en todo el mundo, aunque entre los países más grandes, tal vez el problema es más grave en los Estados Unidos donde aproximadamente una tercera parte de los adultos son obesos (indicado por el índice de masa corporal superior a 30).

Lo que es todavía más sorprendente es que uno de cada seis niños y adolescentes son obesos, un porcentaje que se ha triplicado desde 1980.

Mientras que en Argentina, más de la mitad de la población sufre sobrepeso y un 18% sufre de obesidad, correspondiendo también a la tasa más alta de obesidad infantil de América Latina con el 7,3% de prevalencia según la Base de Datos Global sobre Crecimiento Infantil y Malnutrición de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

De este modo, se suman preocupaciones frente a uno de los mayores desafíos de la salud pública en este siglo: la epidemia de enfermedades crónicas que relacionan la hipertensión arterial, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la insuficiencia renal y la propensión al stroke y el deterioro cognitivo precoz.


 Sin embargo, la epidemia de la obesidad no interrumpe en absoluto el crecimiento. Los alimentos altamente procesados a base de maíz que tienen numerosos aditivos químicos son bien conocidos por ser un importante motor del aumento de peso, pero, desde una perspectiva convencional de contabilidad del crecimiento, son excelentes.

 Las grandes empresas agrícolas reciben dinero por producir maíz (a menudo subsidiado), y los procesadores de alimentos reciben dinero por añadir toneladas de químicos para crear un producto adictivo e irresistible.

Los científicos reciben dinero por encontrar la mezcla exacta de sal, azúcar y químicos para hacer altamente adictiva la comida instantánea más nueva; los anunciantes reciben dinero por promoverla; y al final, la industria de la salud gana fortunas al tratar la enfermedad que inevitablemente se produce.

Química en los alimentos de consumo



Ciertamente los políticos no podrían quejarse, ya que cualquiera que osara a hablar de las implicaciones de los alimentos procesados para la salud, el medio ambiente o la sustentabilidad, se quedarían en numerosas ocasiones sin financiamiento para sus campañas.

Los consumidores reciben poca información en las escuelas, bibliotecas o campañas de salud; en cambio, los mensajes publicitarios los inundan con información errónea.

Dado que en la mayor parte de los países hay pocos recursos para tener una televisión pública de alta calidad, los niños quedan cooptados por los canales que pagan los anunciantes, incluidos los de la industria de alimentos.


Más allá de la desinformación, los productores tienen pocos incentivos para confrontar los costos del daño ambiental que provocan. Igualmente, los consumidores no tienen muchos motivos para asumir los costos de salud relacionados con la elección de sus alimentos.

Sería muy grave que nuestros únicos problemas fueran los ataques al corazón que provoca la industria de los alimentos y el fenómeno económico equivalente que facilita la industria financiera. Sin embargo, la dinámica patológica del marco regulatorio, político y económico que caracteriza a estas industrias es mucho más dañina.



Nuestro tipo de alimentación es cultural

 


Vamos a considerar una situación: NUESTRA MANERA DE ALIMENTARNOS ES PLENAMENTE CULTURAL.

Esto se debe a que depende, principalmente, de la disponibilidad de alimentos en el lugar donde residimos y nuestro entorno inmediato durante las primeras etapas de la vida (lactancia, infancia y adolescencia).

Es decir, que la forma en la que comemos va a estar establecida inicialmente por nuestra familia o entorno inmediato, y segundo por la sociedad.

 
 Podemos objetivar que nunca fuimos soberanos sobre nuestra forma de alimentación, si vemos que los primeros alimentos que tomamos después de la lactancia, son aquellos que son brindados por las personas que están a nuestro cargo (madre, padre, tíos, abuelos, tutores), ya sea, por costumbre o por recomendación de un profesional de la salud.


 Por ejemplo, el asado es una comida muy bien conocida y deseada en gran parte de la sociedad argentina, el cual está íntimamente relacionado a valores familiares y sociales.



el asado es una comida muy bien conocida y deseada en gran parte de la sociedad argentina


Si el asado no es expedido en locales comerciales, casi siempre implica un acto de encuentro social; los asados menos abundantes suelen ser los domingueros que puede tener una familia, sin embargo se destacan los grandes asados que reúnen a muchas personas (principalmente familias y amistades); en tal caso el asado tiene algunas características casi rituales: ya se ha indicado que en un gran asado solo el asador o los asadores intervienen en el manejo de la cocción y cuando el asado está listo para ser consumido suele usarse por parte de los comensales la frase: "¡un aplauso para el asador!".

Pero si hubiésemos nacido en México, seguramente preferiríamos la comida picante y el maíz constituiría uno de los pilares de nuestra alimentación.

Si hubiésemos nacido en Japón, en nuestra dieta predominaría el arroz y el pescado.

En cambio, si hubiésemos nacido en EEUU nos encantaría la comida chatarra y abundarían los alimentos procesados en nuestra dieta. Que por cierto, es una tendencia creciente y preocupante en muchas partes del mundo.


 Y si hubiésemos nacido en una región tropical donde abundan las frutas y verduras, probablemente ellas serían el principal aporte de nutrientes.


Dieta sana a base de frutas y verduras



Como podrán ver, en mayor parte, nuestra alimentación depende de nuestro entorno, o sea, del tipo de alimento disponible y de nuestras costumbres sociales.

 Debido a que los investigadores son personas, es evidente notar que la comunidad científica nunca estuvo (ni lo está) exenta de esta culturización alimentaria.



Sesgo cultural en investigación

 



La sociedad "acomodada" en las naciones industrializadas, o sea, aquella que pagaba por las investigaciones, estaba mayormente compuesta por no vegetarianos. Por lo tanto, la mayoría de los científicos que investigaban el tema probablemente no percibían no superaban este sesgo cultural contra las dietas sin carne, que llevo a una creciente preocupación sobre los potenciales riesgos de las dietas vegetarianas.

                                      
                                                                  ¿Por qué?



Bueno, porque los estudios publicados sobre vegetarianismo se basaban en reportes de casos de niños con bajo peso y talla o personas con algún déficit nutricional. Es decir, se basaban en personas vegetarianas que acudían al hospital por control o enfermedad.

Con el paso del tiempo, el interés por este tipo de dieta fue incrementando y se  publicaron algunos estudios demostrando algunos beneficios de la dieta vegetariana, especialmente sobre los beneficios cardiovasculares que resultaron muy obvios, ya que esta dieta tiene bajo contenido de grasas saturadas y colesterol.


Aunque aún no dejaba de ser considerada como un tipo de alimentación riesgosa para la salud.

Pero durante los últimos  años, los resultados de los estudios epidemiológicos nutricionales han documentado beneficios importantes y cuantificables de la dieta vegetariana y de otras dietas basadas en alimentos vegetales, al punto de que actualmente se la está considerando como más beneficioso para la salud que una dieta estándar.




Esto ha sido reconocido por las asociaciones de nutricionistas más importantes del mundo como la American Dietetic Association (ADA), la British Dietetic Association (BDA), la New Zealand Dietetic Association (NZDA), la American Academy of Paediatric, la Asociación Española de Dietistas-Nutricionistas (AEDN), la Canadian Paediatric Society y un largo etcétera, conformadas por decenas de miles de expertos, avalan que una dieta 100% vegetal es válida para todas las etapas de la vida de un humano.

  

 Cuestionamientos frecuentes



A pesar de la evidencia científica en apoyo a los regímenes vegetarianos, existen ciertos cuestionamientos de parte del público en general y los profesionales de la salud, los cuales rechazan la idea de que una dieta vegetariana pueda ser tanto o más saludable que una dieta basada en carne, probablemente esta postura este basada en sesgos cognitivos y ausencia de actualización en el tema.






Dentro de estos cuestionamientos, hay dos que destacan entre todas y son las que personalmente considero más relevantes: 

1) “En la carne están todas las proteínas, ¿De dónde sacas las proteínas si no consumís carne?”
   Las proteínas son grandes moléculas que cumplen con la función de crecimiento y mantenimiento de los tejidos, así como también para la formación de hormonas y otras sustancias fisiológicas.
 
   Pero en realidad, el término técnico que debemos utilizar es aminoácidos, los cuales son las moléculas que constituyen a las proteínas, como los ladrillos que constituyen una pared. Existen 20 aminoácidos, de los cuales 8 el ser humano no puede sintetizar y debe incorporarlos con la dieta, estos son llamados aminoácidos esenciales.

   Aquellas proteínas que poseen todos los aminoácidos esenciales son llamadas “completas” y aquellas que no poseen todos los aminoácidos esenciales son llamadas “incompletas”.

La carne, los huevos y los lácteos poseen proteínas completas, mientras que la mayoría de los productos de origen vegetal poseen proteínas incompletas.


La carne, los huevos y los lácteos poseen proteínas completas



 Se solía creer que era necesario consumir todos los aminoácidos al mismo tiempo para obtener la “proteína completa”, ya sea consumiendo alimentos con todos los aminoácidos o combinando alimentos con diferentes aminoácidos, como por ejemplo trigo (bajo en lisina) y porotos (rico en lisina).

 Pero hoy ya sabemos que el cuerpo almacena los aminoácidos que necesita y los utiliza cuando es necesario, formando los llamados pool de aminoácidos, algo así como tanques.

  Ya en 1994, se publicó un estudio en el American Journal of the Clinical Nutrition, llamado “Las proteínas vegetales en relación con la s proteína s y aminoácidos humanos ” (“Plant proteins in relation to human protein and aminoacid nutrition”), en donde se menciona que las mezclas de proteínas vegetales pueden servir como una fuente completa y equilibrada de aminoácidos para satisfacer las necesidades fisiológicas humanas, acabando con algunos mitos nutricionales en cuanto a las dietas vegetarianas.

Como vemos, las dietas basadas sólo en alimentos de origen vegetal suministran con facilidad las cantidades recomendadas de todos los aminoácidos indispensables, y la combinación de proteínas en cada comida es innecesaria. Algunos alimentos ricos en proteína son:

- Cereales: harina de trigo integral, avena, cebada, mijo, arroz integral.
- Legumbres: garbanzos, lentejas, porotos, soja, arvejas.
- Frutos secos: nueces, avellanas, almendras.
- Semillas: girasol, sésamo, calabaza.


2) “Ah no, el hierro solo se saca de la carne, por eso los vegetarianos son anémicos...”

El hierro es un mineral muy importante que cumple múltiples funciones metabólicas desde el transporte de oxígeno y formación de la hemoglobina de los glóbulos rojos, hasta la participación en los procesos de varias enzimas.

El cuerpo posee una constante de unos 3 a 4 gramos de hierro, el cual cuida con mucha eficiencia. El hierro puede estar disponible en los alimentos de dos formas: la forma hemo (alimentos de origen animal) y la forma no hemo (alimentos de origen vegetal), y a diferencia del hierro hemo, el hierro no hemo es más difícil de absorber debido a que es más sensible a los llamados inhibidores de la absorción del hierro, como lo son los fitatos y taninos que se encuentran en abundancia en las semillas, los tés y algunos cereales.


 Esto llevó a pensar que los vegetarianos son más propensos a la anemia que los no vegetarianos y que su posibilidad de obtener hierro de la dieta era menor. Pero a pesar de esto, los estudios muestran que la ingesta de hierro es mayor en los vegetarianos y que la tasa de anemia es mayor en los no vegetarianos.

 Además, estudios han demostrado que cuando la ingesta de hierro de origen vegetal es relativamente alta (14 a 26 mg/día), aunque se tomen grandes cantidades de fitato la absorción de hierro no se veía afectada.

No habría porque preocuparse por el hierro si la dieta vegetariana es equilibrada, pero si estás preocupado porque la ingesta de hierro pueda ser deficiente, podrías evitar comer alimentos ricos en hierro junto con aquellos que inhiben la absorción del hierro y calcio, e incluir alimentos que contienen vitamina C que ayuda a la absorción.

 Como verán, los vegetarianos toman grandes cantidades de hierro, y aunque el hierro de origen vegetal se absorbe con menor facilidad que el de origen animal, debido a la gran cantidad de vitamina C que consumen se refuerza la absorción del hierro.

Diferentes estudios han demostrado que la cantidad de hierro en los vegetarianos es normal, y que la falta de hierro no es más común que en el resto de la población.


 Cabe destacar que los vegetarianos mal asesorados pueden tener los mismos trastornos nutricionales que una persona que come productos de origen animal, como obesidad o anemia, por lo que es importante reconocer el punto de dieta adecuadamente planificada, al igual que cualquier otra.


 Vegetarianismo como promoción y prevención de la salud




   La medicina preventiva es la especialidad médica encargada de la prevención de las enfermedades basada en un conjunto de actuaciones y consejos médicos.

Esta se aplica tanto en atención especializada u hospitalaria como atención primaria. Tiene distintas facetas según la evolución de la enfermedad, y se pueden distinguir cuatro tipos de prevención en medicina.

  • Prevención primaria     

 La prevención primaria se lleva a cabo eliminando los factores que puedan causar lesiones, antes de que se hagan efectivos. La intervención tiene lugar antes de que se  produzca la enfermedad, siendo su objetivo principal el impedir o retrasar la aparición de la misma.

          - Idea principal: Eliminación de las causas.
          - Objetivo: Disminuir la incidencia.
          - Aplicación: En el período prepatogénico (antes del inicio de los estímulos inducidos por los    factores que provocan la enfermedad).

   A su vez, la prevención puede dividirse en dos áreas: 


   La promoción de la salud, que está dirigida a las personas.

Es el fomento y defensa de la salud de la población mediante acciones que inciden sobre los individuos de una  comunidad. Por ejemplo, las campañas antitabaco para prevenir el cáncer de pulmón y otras enfermedades asociadas al tabaco o la dieta baja en grasas y ejercicio para prevenir el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. 

 La protección de la salud, que se realiza sobre el medio ambiente.


Es el fomento del cuidado y mantenimiento del ecosistema del cual formamos parte. Como por ejemplo el mantenimiento de áreas de bosques, el cuidado de los océanos, control de emisiones de CO2, etc. Las actividades de protección de la salud no las  ejecuta el el personal de la salud, sino otros profesionales afines a las temáticas (ingenieros, técnicos, biólogos, etc.).

  •   Prevención secundaria    

    La Prevención secundaria consiste en detectar y aplicar tratamiento a las enfermedades en  estados muy tempranos. La intervención tiene lugar al principio de la enfermedad, siendo su objetivo principal el impedir o retrasar el desarrollo de la misma. 
     
                - Idea principal: Diagnóstico y tratamiento precoz de la enfermedad.
                - Objetivo: Disminuir la prevalencia de la enfermedad.
                - Aplicación: En el período preclínico (cuando aún los síntomas y los signos no son   aparentes, pero existen en estado embrionario o subclínico).


  •  Prevención terciaria  

 La prevención terciaria se realiza cuando ya se ha instaurado la enfermedad, y se intenta  evitar que empeore y que se produzcan complicaciones. La intervención tiene lugar en plena enfermedad, siendo su objetivo principal eliminar o reducir las consecuencias del desarrollo de la misma.

     
                - Idea principal: Reducir el daño mediante el tratamiento y la rehabilitación de una enfermedad establecida.
                - Objetivo: Disminuir la prevalencia de la enfermedad. - Aplicación: En el período clínico (cuando los síntomas y los signos son aparentes).



  •  Prevención cuaternaria 




     La  prevención cuaternaria es el conjunto de actividades sanitarias que atenúan o evitan las consecuencias de las intervenciones innecesarias o excesivas del sistema sanitario.

        - Idea principal: Evitar el sobrediagnóstico y el sobretratamiento en los pacientes.
        - Objetivo: Disminuir la incidencia de iatrogenia.
        - Aplicación: Durante todo el episodio de atención (período preclínico y clínico).

    Como verán, existen diferentes niveles de atención, pero solo hay uno que es el más eficiente a la hora de proporcionar una adecuada salud a la población, distribuir eficientemente los valiosos recursos, utilizar el tiempo de manera adecuada y por sobre todas las cosas, ELIMINAR EL PROBLEMA DE RAÍZ. Claramente, la prevención primaria es la mejor apuesta que podemos hacer.

    Justamente, la dieta vegetariana es una excelente herramienta a aplicar dentro de las tantas que dispone la medicina preventiva.



    Vegetarianismo y prevención de la enfermedad cardiovascular




    Según los datos brindados en el artículo “Actualización de las causas de muerte 2008” ( Causes of death ), publicado en Junio del 2011 por el Departamento de Informática y Estadísticas Sanitarias de la OMS, los infartos agudos de miocardio (IAM) y los accidente cerebro vasculares (ACV) correspondieron al 23,8% de las muertes a nivel global, siendo 12,8% para el IAM y un 10,8% para el ACV.

    Estas dos patologías entran en la clasificación de enfermedades cardiovasculares, por lo que, aprovechando estas cifras vamos a ver como se aplica la afirmación de que la dieta vegetariana produce beneficios sanitarios.

      Las dietas vegetarianas pueden utilizarse para la prevención de las enfermedades cardiovasculares, ya que prácticamente eliminan todos los factores de riesgo de padecer esta patología.


     Según la Asociación Americana del Corazón (American Hearth Association) los factores de riesgo para contraer una enfermedad cardiovascular se dividen en no modificables y modificables.

     - Factores de riesgo no modificables: sexo masculino, edad avanzada y antecedentes hereditarios.
     - Factores de riesgo modificables: presión arterial sistólica elevada, altos niveles de colesterol, obesidad, diabetes, tabaquismo y sedentarismo


           Un análisis de cinco estudios prospectivos que incluyó más de 76.000 sujetos publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, mostró que la muerte por enfermedad isquémica del corazón era un 31% menor en hombres vegetarianos en comparación con los no vegetarianos y un 20% menor en mujeres vegetarianas en comparación con las no vegetarianas.

    Pero para demostrar la aplicación de la dieta vegetariana en la prevención del desarrollo de las enfermedades cardiovasculares, vamos a comparar los impactos que tienen la dieta vegetariana versus una dieta convencional sobre los factores de riesgos anteriormente mencionados.

     La siguiente tabla muestra a la izquierda los principales factores de riesgo para enfermedad cardiovascular  y a la derecha la comparación entre. Existen varios artículos sobre cada ítem, pero para no extendernos solo vamos a mencionar algunos.



    Dieta vegetariana vs dieta convencional



    Presión Arterial Sistólica:



    Muchos estudios muestran que los vegetarianos tienen tanto la presión sanguínea  sistólica como diastólica más baja, con diferencias entre vegetarianos y no vegetarianos de entre 5 y 10 mm de Hg menos en vegetarianos.

    Un estudio transversal publicado en 2002 en el Journal de Nutrición y Salud Publica de la Universidad de Cambridge, donde participaron 11 mil personas del Reino Unido, encontró que había una menor tasa de hipertensión en las personas vegetarianas que en las no vegetarianas.



    En un estudio, el 42% de los no vegetarianos tenía hipertensión (definida como más de 140/90 mm de Hg) en comparación con tan sólo el 13% de los vegetarianos. Incluso cuando el peso corporal era similar entre sujetos, los vegetarianos tenían menores cifras de presión sanguínea. Situar a sujetos no vegetarianos en una dieta vegetariana condujo a una reducción en la presión sanguínea en sujetos normotensos.


     Colesterol: 




     Por regla general, los estudios encuentran en las personas vegetarianas niveles menores de colesterol total y de colesterol LDL (colesterol “malo”).


    Además, los  estudios de intervención han demostrado una reducción en los niveles de colesterol total y de colesterol LDL cuando los sujetos cambiaban de su dieta habitual a una dieta vegetariana. Sobre el colesterol HDL (colesterol “bueno”) hay pocas pruebas de que una dieta vegetariana esté asociada con mayores niveles de HDL, se requieren más estudios.



    Obesidad: 




    En un estudio transversal sobre 38 mil personas, publicado en el año 2003 en el Journal Internacional de Obesidad,  se encontró que quienes comían carne tenían los valores más altos de índice de masa corporal medio ajustado por edad y las personas vegetarianas tenían valores más bajos.

    Otro estudio trasversal más reciente, publicado en el 2005 en el American Journal of Clincal Nutrition donde participaron 55459 hombres y mujeres se encontró que la prevalencia de sobrepeso (índice de masa corporal mayor a 25) en los omnívoros era de 40% y en los vegetarianos entre un 20 y 30% (diferencia encontrada entre veganos y lacteovegetarianos).


       Y según el Programa Nacional de Educación del Colesterol de EEUU se ha comprobado que una dieta vegetariana baja en grasas es más efectiva para la pérdida de peso a largo plazo en mujeres posmenopáusicas que una dieta convencional.



    Diabetes: 



     Este es un tema muy interesante y existen muchas investigaciones al respecto. Las dietas vegetarianas pueden cumplir las guías para el tratamiento de la diabetes, y algunas investigaciones sugieren que las dietas con más contenido en alimentos vegetales reducen el riesgo de  padecer diabetes tipo 2.


       En un estudio publicado en 2002 en el Journal of the American Clinical Association, se asoció la ingesta superior de verduras, cereales integrales, legumbres y frutos secos con un riesgo sustancialmente menor de resistencia a la insulina y de diabetes tipo 2, y una mejoría en el control glucémico, tanto en sujetos normales como en resistentes a la insulina.

      Mientras que en el Estudio de Salud de las Enfermeras publicado en el 2001 en el American Journal of Clinical Nutrition se observó que el consumo de frutos secos estuvo asociado inversamente con el riesgo de diabetes tipo 2 tras ajustar por índice de masa corporal, actividad física y otros factores.

    El riesgo padecer diabetes para  aquellos que consumían frutos secos cinco o más veces a la semana fue un 27% inferior que para aquellos que no consumían casi nunca.


     Tabaquismo y sedentarismo:


     Algunos estudios relacionan la baja incidencia de tabaquismo en los vegetarianos por el hecho de que las personas que siguen este tipo de dieta tienen inclinación hacia hábitos de vida saludables. Lo mismo sucede con la actividad física.




     Vegetarianismo y tratamiento de la enfermedad cardiovascular
       



    No solo se pueden prevenir las enfermedades cardiovasculares, sino que también se pueden revertir, como lo demostró un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association.

    El estudio se denominó “Reversión de la enfermedad coronaria utilizando cambios intensivos en el estilo de vida” ( Intensive Lifestyle Changes for Reversal of Coronary Heart Disease ), y se trató de un estudio randomizado con grupo control llevado a cabo por investigadores de San Francisco, California (EEUU) en donde participaron 48 pacientes con enfermedad coronaria moderada a grave cuantificada con angiografía coronaria, cuya finalidad era determinar la viabilidad de producir y mantener un cambio intenso en el estilo de vida en estos pacientes y determinar sus efectos sin la utilización de hipolipemiantes (fármacos para disminuir las grasas en la sangre).

Enfermedades cardiovasculares



    28 pacientes formaron parte del grupo experimental donde se indicó dieta vegetariana baja en grasa (<10% de grasas), ejercicio aeróbico, cese del hábito tabáquico, entrenamiento para el manejo del estrés y apoyo psicológico grupal; mientras que 20 pacientes formaron parte del grupo control con manejo convencional de la patología con fármacos.

     En los resultados no solo se observó una disminución de todos los factores de riesgo cardiovascular como vimos anteriormente (presión arterial sistólica, colesterol total y LDL, obesidad, tabaquismo), sino que también, mediante angiografía coronaria (estudio para ver las arterias del corazón) se cuantifico un aumento de la luz coronaria y regresión de  la arteriosclerosis, con un 5,4% de mejoramiento al año y un 27,7% a los 5 años (grupo control 4,5% y 7,9%).


     Esto quiere decir que la enfermedad cardiovascular hizo una regresión, las arterias coronarias se “limpiaron” de las placas de ateroesclerosis. Otros estudios similares han mostrado los mismos resultados.



    Otros beneficios sanitarios del vegetarianismo




    Pero esto solo constituye una parte del espectro de beneficios que puede brindar la adopción de una dieta vegetariana. A continuación una lista de algunas de las campos en donde se ha estudiado al vegetarianismo, y como pueden ver, es muy amplia.

    • Prevención de la osteoporosis. 
    • Prevención de diversos tipos de cáncer (pulmón, boca, esófago, estómago, colorrectal, próstata, mama).  
    • Manejo y disminución de la progresión de la enfermedad renal. 
    • Manejo y tratamiento de diverticulosis/itis. 
    • Disminución de la incidencia de crisis en colagenopatías (AR y LES). 
    • Prevención y tratamiento de diabetes tipo 2. 
    • Disminución de riesgo de cataratas.        
    • Prevención de la litiasis biliar.        
    • Prevención de litiasis renal.        
    • Prevención y tratamiento de gastritis.       
    • Prevención y manejo de úlcera péptica.        
    • Profilaxis y tratamiento del tromboembolismo venosos profundo.        
    • Prevención y tratamiento de la obesidad.        
    • Prevención y tratamiento de la hipertensión arterial.        
    • Prevención y tratamiento de la hipercolesterolemia.        
    • Prevención y tratamiento de la constipación.   


     Las dietas vegetarianas apropiadamente planeadas han mostrado ser saludables, nutricionalmente adecuadas, y beneficiosas en la prevención y tratamiento de ciertas enfermedades.

    Las dietas vegetarianas son apropiadas para todos los estadios del ciclo vital. Hay muchas razones del aumento del interés por el vegetarianismo. Se espera que el número de vegetarianos aumente a lo largo de la siguiente década.

     Los profesionales de la salud deberían ayudar a las personas a introducirse en esta dieta proporcionando información  actual correcta acerca de la nutrición vegetariana, alimentos, y fuentes.

Comida vegetariana saludable


      Aplicación integral del vegetarianismo

      Aplicación integral del vegetarianismo
       

    ¿Qué estamos haciendo? 


      La evidencia es demoledora. Después de los argumentos expuestos, pocas excusas quedan para justificar el consumo de carne. 
      Quizás no estás preparado para dejar de consumir carne, pero ahora tendrás la información suficiente como para tomar una decisión a conciencia, basándote en los conocimientos más actuales sobre lo perjudicial que es la dieta basada en carne para el medio ambiente y organismo. 
       Pero si todavía no te convenciste, vamos a hacer una pregunta retórica. 

       


       ¿Deforestamos bosques exponiéndonos a inundaciones, erosión, desertificación, alteración de los regímenes de lluvia y pérdida de la biodiversidad para cultivar toneladas de alimentos que podrían satisfacer la demanda del doble de la población actual pero que se la damos a miles de millones de animales para que engorden y emanen gases de efecto invernadero que causan calentamiento global, con el consiguiente derretimiento de los polos, causando la desalinización del océano y alteración de la flora y fauna marina, para que solo una parte de la población pueda darse el gusto de saborear un pedazo de carne al mismo tiempo que su salud empeora y la otra parte de la población muere de hambre? 




    Tan absurdo como suene, esta es la realidad. Realmente somos una especie única.


       Pero... ¿Cómo podemos saber si los problemas ambientales y sanitarios se resolverían si todo el mundo adopta una dieta vegetariana?.


       No se resolverían todos los problemas, pero adoptar una dieta vegetariana sería un primer paso para solucionar varios de ellos y esto lo podemos saber por proyecciones basadas en la evidencia.



    Adoptar una dieta vegetariana saludable



    Acercándonos a una posible solución 






    En 2007 se publicó un estudio en la Revista Europea de Nutrición Clínica ( European Journal of Clinical Nutrition ) denominado “Evaluación del impacto ambiental de varios patrones dietéticos combinados con diferentes sistemas de producción de comida” ( Evaluating the environmental impact of various dietary patterns combined with different food production systems) cuyo objetivo fue presentar una comparación de diferentes tipos de dieta y evaluar el impacto medioambiental que cada una de estas dietas produce.

    Asimismo, en cada tipo de dieta escogido, se estudia de nuevo el impacto medioambiental según si son realizadas las dietas con alimentos obtenidos del método tradicional de producción (agricultura orgánica) o procedentes de agricultura no orgánica.

    Las dietas que escogieron son:

    • Dieta VEGETARIANA: Incluye cualquier verdura o fruta, leche, productos frescos, huevos y excluye cualquier tipo de carne animal (carne o pescado).  
    • Dieta VEGANA: Dieta basada en frutas y verduras. Excluye cualquier tipo de producto de origen animal, como leche, quesos o huevos.
    • Dieta OMNÍVORA: Tanto productos vegetales como animales.


       Además, añade un último tipo de dieta, que recoge el tipo de alimentación habitual en un "italiano medio" (dieta italiana normal, equivalente al tipo de comida promedio semanal que ingiere un italiano que no sigue ningún tipo de dieta específico).

    Para medir el impacto ambiental utilizaron un instrumento objetivo, aceptado y estandarizado a nivel internacional, denominado LCA ( Life Cycle Assessment, Evaluación del ciclo vital ).

    Se trata de un instrumento que mide de forma objetiva el impacto ambiental y gasto de energía que realiza una actividad o proceso determinado. Se basa en identificar y calcular de manera cruda la energía y materiales consumidos y los desechos producidos.

    Evalúa todo el ciclo vital de una actividad o proceso, desde su extracción y procesamiento, a la producción, transporte, distribución, uso, reutilización, reciclaje y eliminación final.


    Evaluación del ciclo de vida útil


       Así, en el caso de evaluar el LCA de una dieta, tendría en cuenta el ciclo desde su cultivo en la tierra o cuidado de animales, producción en plantas de alimentación o granjas orgánicas, transporte (por carretera, marítimo o aéreo), su distribución (no es lo mismo una granja local que distribuye en su misma comunidad autónoma que una empresa a nivel mundial, como algunas marcas de gaseosas muy conocidas que distribuyen hasta en los rincones más recónditos del planeta), venta, uso, posibilidad de reciclaje (ciertos envases no se reciclan y son desechados directamente) y eliminación final (los productos alimenticios son biodegradables, ciertos envases o compuestos químicos no).



     Los autores consideraron, asimismo, el impacto directo sobre la salud del ser humano (compuestos que tengan un impacto negativo como carcinógenos, métodos de producción que afecten al cambio climático o produzcan radiaciones ionizantes), sobre la calidad de los ecosistemas (acidificación, ecotoxicidad) y sobre los recursos (uso primario de recursos y de combustible y qué tipo de combustible).

    Los resultados del estudio muestran que la dieta que genera un mayor impacto ambiental y en la salud del ser humano es la dieta normal o estándar. En segundo lugar, pero con bastante diferencia con respecto a la primera, se sitúa la dieta omnívora con métodos de producción no orgánicos.

    En tercer lugar la omnívora con producción orgánica. La vegetariana les sigue (primero no orgánico y luego orgánico) y, por último, la dieta que menos impacto ambiental genera es la dieta vegana.

    Diferencia en las diferentes dietas sobre el consumo de recursos, impacto medio ambiental y el impacto en la salud humana
    El gráfico muestra la diferencia en las diferentes dietas sobre el consumo de recursos (blanco), impacto medio ambiental (gris oscuro) y el impacto en la salud humana (gris claro). A mayor cantidad de puntos, mayor es el impacto.


     La lista es la siguiente, siendo las primeras las que mayor impacto ambiental y sanitario producen: 
          
                      1. Dieta estándar
                      2. Dieta omnívora con alimentos obtenidos con métodos no orgánicos
                      3. Dieta omnívora con alimentos obtenidos con métodos orgánicos
                      4. Dieta vegetariana con alimentos obtenidos con métodos no orgánicos
                      5. Dieta vegetariana con alimentos obtenidos con métodos orgánicos
                      6. Dieta vegana con alimentos obtenidos con métodos no orgánicos
                      7. Dieta vegana con alimentos obtenidos con métodos orgánicos

       Estos datos implican que una dieta basada en gran consumo de productos animales tiene un mayor impacto sobre el medio ambiente. La producción de forma tradicional (orgánica) genera menor impacto medioambiental.


       Cabe destacar que en el estudio también se analizó el impacto de cada uno de los componentes de la dieta, y el alimento que mayor impacto produce sobre el medio ambiente es la ternera. Le siguen la leche, quesos y pescado.


       De un 5 a un 30% del impacto es debido a la utilización de la tierra por parte del ganado. El aumento del uso de tierra para el ganado supone una mayor deforestación y modificación del ecosistema.

    Los autores señalan que el efecto más dramático sobre el medio ambiente es el consumo de agua. La agricultura y la ganadería consumen el 70% de agua corriente del planeta, mientras que solo un 22% se utiliza en la industria y un 8% para uso doméstico.


    Excesivo consumo de agua en agricultura y ganadería


     La conclusión más importante que se extrae de este estudio es que poder producir cambios en los estilos de alimentación de las personas de los países desarrollados podría jugar un importante papel en disminuir el impacto medioambiental que produce el ser humano.

    Todas estas consideraciones deben apoyar las iniciativas de educar a las sociedades de los países desarrollados para que realicen unos estilos de vida saludables, tanto para sí mismos como para el planeta. 


    Los autores concluyen el estudio sugiriendo que las dietas vegetarianas y vegana, debido a su escaso impacto medioambiental y consumo de recursos, podrían jugar un papel importante en la preservación de los recursos naturales y reducir el hambre y la malnutrición en los países más pobres.

     Otros estudios similares han sido publicados con las mismas conclusiones y teniendo en cuenta las múltiples presiones ecológicas que ejerce una floreciente civilización humana en nuestro planeta, hay una necesidad de tomar decisiones difíciles.

     Entre estas decisiones difíciles, muchas sociedades y gobiernos, tendrán que reconsiderar la creciente demanda de una dieta basada en animales. 


    Podría ser necesario que gobiernos evalúen los subsidios agrícolas y desvíen parte de los fondos para apoyar la investigación  en  el desarrollo y la aplicación de métodos sostenibles de producción de alimentos.

     
     Además, los programas de extensión para educar e informar a la gente deberían incluir los beneficios para la salud y el medio ambiente de una dieta vegetariana.


    Reafirmando lo anteriormente dicho, el 2 de Junio de 2010, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) afirmó en un informe titulado “Evaluación de los impactos ambientales del consumo y producción: productos y materiales prioritarios” ( Assessing the Environmental Impacts of Consumption and Production: Priority Products and Materials ), que un cambio global hacia una alimentación sin productos de origen animal es vital para salvar al mundo del hambre, de la escasez de combustible y de los peores impactos del cambio climático.



    Organización de las Naciones unidas ONU
    Organización de las Naciones Unidas (ONU)


    El punto 2 de la página 82 del informe, dice que por motivos ecológicos se ha vuelto necesario que a nivel mundial se siga una alimentación sin productos de origen animal:


    Los impactos de la agricultura se espera que aumenten sustancialmente debido al crecimiento demográfico, el aumento del consumo de productos animales. A diferencia de los combustibles fósiles, es difícil buscar alternativas: la gente tiene que comer. Una reducción sustancial de los impactos sólo sería posible con un sustancial cambio de dieta en todo el mundo, lejos de los productos de origen animal". Organización de las Naciones Unidas (ONU).


     Conclusión




    El futuro de la interfaz entre el ganado y el medio ambiente estará determinado por la forma en que se resuelva el equilibrio entre dos demandas que compiten: la demanda de productos alimenticios de origen animal, por un lado, y la demanda de servicios ambientales por el otro.


    Las dos demandas son impulsadas por los mismos factores: aumento de la población y aumento del consumo. La base de recursos naturales dentro de la que estos factores tienen que encuadrarse es finita.




    Aumento de la población y aumento del consumo de alimentos


    Por esto, la considerable expansión del sector pecuario, estimulada por la expansión de la demanda, debe llevarse a cabo reduciendo sustancialmente los impactos ambientales producidos por las actividades pecuarias. 


    El crecimiento de la demanda de productos animales durante las próximas décadas será considerable.
     Aunque la tasa de crecimiento anual será algo más baja que en las últimas décadas, el crecimiento en volumen absoluto será enorme.

    Se estima que la producción mundial de carne crecerá más del doble, pasando de 229 millones de toneladas en 1999‑2001 a 465 millones de toneladas en 2050, mientras que la producción de leche se incrementará de 580 a 1 043 millones de toneladas, y la mayor parte del crecimiento de la producción de carne y leche se producirá en los países en desarrollo.


       En ausencia de medidas correctivas radicales, el impacto ambiental de la producción pecuaria empeorará drásticamente. Visto de manera muy simple, si la producción se duplica sin ninguna reducción de los impactos ambientales por unidad de producción, el daño ambiental se duplicará.   


    La continuación de la tendencia actual causaría un desastre y debe ser revertida en direcciones más benéficas. El crecimiento económico y demográfico combinado con el aumento de la escasez de los recursos naturales y el agravamiento de los problemas ambientales ya se están traduciendo en un aumento de la demanda de servicios ambientales.

    Esta demanda se ampliará cada vez más: desde los factores inmediatos de preocupación como las molestias causadas por las moscas o los malos olores, pasando por las demandas intermedias de agua y aire limpios, hasta llegar a preocupaciones ambientales más amplias y de largo plazo como el cambio climático o la biodiversidad, entre otras.

     Lamentablemente esto no es comprendido cabalmente por muchos formadores de políticas y emprendedores privados, por lo cual resulta necesario traducirlo aún más claramente:


    SIN LOS AMBIENTES NATURALES, LOS SISTEMAS DE SOPORTE DE VIDA COLAPSAN, Y CON ELLOS NUESTRA PROPIA EXISTENCIA, SIN ALTERNATIVA NI SOLUCIÓN.

     Siendo esto así,

    ¿Aún existe algo que deba ser discutido al respecto? 


    Recomendaciones  




    1) Deja de comer carne o al menos disminuya su consumo

    La producción de carne produce más impactos sobre el planeta que la producción de vegetales.

    Los consumidores que están preocupados por la deforestación y el medio ambiente, en particular los de los países desarrollados y en vías de desarrollo, donde los niveles de consumo de carne son elevados, podrían al menos comer menos carne a fines de disminuir su impacto negativo sobre la biodiversidad del planeta, el clima y sobre su propio organismo.

     Además de reducir la cantidad total de carne que comen, los consumidores pueden cambiar los tipos de carne que comen. 

    La producción de carne de vaca es la que produce más presión sobre el medio ambiente, por lo que consumir menos carne de vaca puede ser una manera de aliviar la presión sobre los bosques tropicales. 


    2) Cambiá el tipo de carne que consumís. 

    Pueden sustituir la misma cantidad de carne de vaca por carne de cerdo y aves de corral, y aunque esto no requiera un cambio importante en la dieta, esto reduce en gran medida el consumo de recursos.


    3) Hazte escuchar

     Los consumidores deben utilizar su poder colectivo en el mercado para instar a las empresas a comprar y carnicerías a vender sólo carne que no provenga de zonas deforestadas.

    Del mismo modo, los consumidores deben presionar a los gobiernos para hacer dos cosas fundamentales:


                     a) Promulgar y hacer cumplir las políticas que protegen los bosques.
                     b) Eliminar las políticas que promueven la producción de carne que lleva a la           deforestación.

    De esta manera podrás hacer un aporte a la conservación y restauración del medio ambiente y el clima de todo el planeta.  

    El autor de esta obra es activista del Movimiento Zeitgeist,  y aunque esta publicación NO ESTE RELACIONADA con el tren de pensamiento y propuesta del movimiento, invita a investigar sobre el mismo ingresando a cualquiera de las direcciones que se encuentran debajo.

    El Movimiento Zeitgeist es una organización que aboga por la sostenibilidad del planeta, la paz y la prosperidad de nuestra sociedad, que reconoce que todos los países deberían desarmarse y aprender a compartir ideas y recursos si esperamos sobrevivir a largo plazo, por lo que las soluciones a las que se llega y que se promueven tiene la intención de ayudar a todos en el plantea y no a un grupo selecto.


    The Zeitgeist Movement es una organización sin ánimo de lucro



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                                                                                        Ir a  ¿Por qué ser vegetariano? Bibliografía 





                                                                                                             Ezequiel Martín Arrieta
    Bajo Licencia Creative Commons - Reconocimiento – Compartir Igual (by-sa):
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    ¿Por qué ser vegetariano? aspecto ecológico

    ¿Por qué ser vegetariano? aspecto ecológico

     

    Apetito por la carne como fuerza impulsora del daño ambiental 

     Aquí hago un paréntesis y me gustaría compartirles que, a mi parecer, es el punto más  relevante a considerar.

    Debido a que somos totalmente dependientes de la naturaleza, ya que de ella extraemos todos los recursos que necesitamos para vivir, y si queremos tener éxito como especie debemos replantearnos nuestra relación con el medio ambiente, ya que sin darnos cuenta, estamos cada vez más cerca del punto de no retorno, en donde no importa lo que hagamos, ya va a ser demasiado tarde.   


     Pero para poder realizar un análisis sobre en base esta afirmación es necesario conocer los hechos y la información disponible, que es mucha por cierto, por lo que les pido que se tomen el tiempo necesario para interpretarla.


      A pesar de todos los esfuerzos para reducir la destrucción de los bosques tropicales y la protección de los hábitats naturales y las poblaciones de vida silvestre en todas las zonas tropicales húmedas, los años venideros no se ven más prometedores para la conservación de los bosques tropicales y la biodiversidad.

    Enfoques clásicos de conservación, tales como los intentos de preservar los hábitats prístinos dentro de los parques nacionales y otras áreas protegidas, no han logrado detener la expansión en estas áreas.


    Impulsado por una variedad de presiones sociales y económicas, se continúa con expansión en los últimos bosques nativos.  El papel de la ganadería en la deforestación es de particular importancia en América Latina, donde se producen las mayores pérdidas netas de bosques.


    Sequia mundial en las tierras




    América Latina es la región donde ocurre la mayor expansión de los pastizales y tierras de cultivo para cultivos forrajeros a expensas de la disminución de la superficie forestal.

    En toda América Latina, la conversión de bosque está dominado principalmente por el establecimiento de pastizales y tierras de cultivo, independientemente de las características de los suelos, regímenes de clima y topografía.

    Los pastizales ocupan la mayor parte de las tierras agrícolas en la región y generalmente, la rentabilidad del ganado como una empresa productiva es baja. Sin embargo, esto se torna muy lucrativo si se garantiza la ocupación de tierras.


     El cambio más importante en el uso del suelo en las zonas tropicales de América Latina en las últimas décadas, ha sido la conversión generalizada de bosques a pastizales para ganado.

    En Centroamérica, la superficie forestal se ha reducido casi un 40 por ciento durante las últimas 4 décadas, con aumento de pastizales y ganado bovino durante el mismo período.  Además, la soja y la producción de cereales destinados principalmente para la producción de alimentos han desatado una ola de eventos que conducen a la destrucción de hábitats naturales más allá de las áreas forestales.

    Entre 2004 y 2005 se estima que 1,2 millones de hectáreas de bosque fueron talados como consecuencia de la expansión de la soja.



    Los costos sociales e impactos negativos resultantes de la deforestación son enormes y son responsables de la degradación y erosión del suelo, contaminación del agua, pérdida de biodiversidad y la pérdida de carbono que contribuyen al calentamiento global.



    Grave desforestación a nivel mundial


     Si bien ha habido informes sobre como los bosques tropicales son talados para permitir el avance agropecuario, pocos ecologistas han sugerido que comer carne pertenece a la misma escala de importancia que los tipos de problemas que se han difundido importantes  organizaciones de conservación del medio ambiente.


     Sin embargo, como la ciencia ambiental ha avanzado, se ha hecho evidente que el apetito humano por la carne animal es una fuerza impulsora detrás de casi todas las principales categorías de daño al medio ambiente que ahora amenaza el futuro de la vida humana:



    • la deforestación.
    • la erosión.
    • la escasez de agua dulce, el aire y el agua.
    • el cambio climático.
    • la pérdida de biodiversidad.
    • la desigualdad social.
    • la desestabilización de las comunidades.
    • la propagación de enfermedades.  


    Deforestación mundial



    ¿Cómo un asunto tan pequeño como el consumo individual se convirtió rápidamente en el centro de la discusión sobre sostenibilidad? 


    Las amenazas actuales a la biodiversidad no tienen precedentes. Se estima que la pérdida de especies es entre 50 y 500 veces más alta que la registrada en toda la historia del planeta.

    Quince de 24 ecosistemas que proporcionan importantes servicios ambientales están en declive. La ganadería constituye cerca del 20 por ciento del total de la biomasa animal terrestre, y el 30 por ciento de la superficie terrestre que ocupa hoy en día estuvo antes habitada por fauna silvestre.

    De hecho el sector pecuario podría ser el primer responsable de la pérdida de biodiversidad dado que es la primera causa de deforestación y tiene una alta participación en la degradación del suelo, la contaminación, el cambio climático, la sobreexplotación de recursos pesqueros, la sedimentación de zonas costeras y la propagación de especies invasivas exóticas.

    A lo anterior hay que añadir que los conflictos por los recursos con los productores pecuarios suponen una amenaza para diversas especies de predadores salvajes y para las áreas protegidas cercanas a los terrenos de pasto.

     
     En 306 de las 825 ecorregiones terrestres identificadas por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), las cuales abarcan todos los biomas y reinos biogeográficos, el sector pecuario es actualmente una amenaza.

    Conservación Internacional ha identificado 35 lugares críticos en el mundo, estos lugares se caracterizan por poseer niveles excepcionalmente elevados de endemismo vegetal y serios niveles de pérdida de hábitats y 23 de ellos están afectados por la producción ganadera.

    Un análisis de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) muestra que la mayoría de las especies amenazadas en el mundo se ven sometidas a pérdidas de hábitats debido a la actividad ganadera.
     


    Deforestación




    La deforestación masiva fue el primer daño ambiental importante causado por el desarrollo de la civilización. Grandes superficies de bosques fueron taladas para dedicarlas a la agricultura y muchas más a la ganadería, ya que los animales necesitan más superficie que los cultivos para producir la misma cantidad de calorías.

    Pero nunca importo, siempre había y hay tierras por descubrir y expropiar. Hoy en día, la deforestación es un problema ambiental que preocupa a muchos.

    Muchos de ustedes seguro que han escuchado hablar de campañas en contra de la deforestación y el desmonte realizada por personas particulares, grupos o incluso instituciones gubernamentales y no gubernamentales.



    Deforestación masiva para explotaciones agrícolas


    Es uno de los temas del momento en materia medio ambiental.Y es obvio que nos preocupe, a todos nos han enseñado en el colegio que debemos de cuidar los bosques porque son importantes para nosotros: realizan intercambio de CO2 y O2, protegen el suelo evitando la desertificación, funcionan como tanques de agua dulce donde se almacena el agua que bebemos, son el hogar de millones de especies de flora y fauna, son espacios de educación y aprendizaje, nos brindan recursos fácilmente aprovechables y un largo etcétera.



    Pero cuando crecemos, parece que de repente se nos olvida todo lo que aprendimos.Sabemos que hace 50 años, el 50% de la superficie de la tierra estaba ocupada por bosques o selva, pero según el informe “Evaluación de los recursos forestales mundiales” brindado por la FAO en el 2005, demuestra que en ese período se ha arrasado con la mitad de estas zonas, quedando actualmente menos de un 30% aproximadamente.


    Es un poco alarmante si tenemos en cuenta que la mitad de los bosques han sido arrasados en tan solo 50 años de los 10000 años que tiene el hombre moderno. Más que obvio se está tornando esta problemática y las evidencias son más que suficientes para dar con un culpable.



    Evaluación de los recursos forestales mundiales




    Son muchísimas las instituciones que investigan sobre la deforestación y pelean por dar fin a esta o al menos regularla, entre ellas se encuentran Friends of Earth, Unión Mundial para la Naturaleza, la WWF, la Wildlife Conservation Society, Greenpeace, Enviromental Defense Found, Conservation International y un larguísimo etcétera.

    Todas son muy buenas y sus intenciones nobles, pero debemos ser sinceros y reconocer que a pesar de los esfuerzos realizados, ninguna de ellas ha logrado resolver el problema porque ninguna a ha abordado el problema fundamental.


    Instituciones que investigan sobre la deforestación


     

    Causas de la deforestación 

     Debemos reconocer que la principal causa de deforestación es la GANADERÍA y el sistema agropecuario en el cual está basada nuestra economía.

    Si lo analizamos un poco es algo lógico. Pensemos un momento.

    El ganado tiene que comer, y por cierto, come mucho. La idea de la vaquita pastando feliz en el campo es algo del pasado; hoy en día el ganado se cría de manera masiva, es realmente una industria, y se alimenta con forraje, o sea, con cereales.

    Para obtener forraje se deben hacer cultivos, para hacer cultivos necesitamos tierras y para obtener tierras necesitamos avanzar sobre zonas en las cuales antes había bosques, selvas, pantanos, lagunas, esteros y pastizales.



    Ganadería y el sistema agropecuario



    Hace unos 8 mil años, después de la revolución agrícola, los seres humanos empezaron a talar bosques en cantidades pequeñas pero significativas. A medida que la agricultura se iba extendiendo el humano limpiaba el terreno de árboles y arbustos para permitir que la luz del sol llegara hasta el suelo, pero no era más que eso ya que la baja expectativa de vida de la época mantenía estable al número de habitantes por región.

    Hasta que un ingenioso señor llamado James Watt, ayudó a impulsar el desarrollo de la máquina a vapor en el siglo XIX, a partir de lo cual se desencadeno la Revolución Industrial y una explosión demográfica en forma exponencial debido a la mejora de la alimentación y generación de abundancia, gracias a los métodos de automatización  de los trabajos realizados por el hombre y el avance tecnológico aplicado al cuidado de la salud.

    Esto fue maravilloso, le permitió al ser humano evolucionar hacia la era tecnológica de hoy y liberarlo de los trabajos arduos, rutinarios y forzosos, dando más tiempo al ocio.

    Aunque ahora esto se ha tornado más en un problema que en algo positivo debido al desempleo tecnológico producido por las máquinas y la falta de respuesta de parte de los economistas ante esta situación.

    El problema radicó en que se instauró una tendencia creciente en el consumo de alimentos de origen animal, como carnes, huevos y lácteos. Esto requirió un aumento proporcional de la oferta de estos productos de acuerdo a la demanda y al crecimiento poblacional.

    Y si recuerdan lo que mencionamos en anteriormente, que en los últimos  años se arrasó con la mitad de los bosques del mundo, podremos hacer una mejor relación de la problemática.



    Crecimiento en el consumo de productos cárnicos 




    Según el informe de la FAO “Consumo Mundial de Carne entre 1950 y 2002”,  la producción pasó de 44 millones de toneladas de carne por año en 1950 a 242 millones de toneladas en el 2002. Íntimamente relacionado con el consumo per cápita, de 17,2 kg de carne por año a 39 kg per cápita por año. Pero la tendencia sigue creciendo, según la actualización del mismo estudio brindado en 2009, la producción de carne aumento a 285 millones de toneladas con un consumo per cápita de 42,3.




    Consumo de carne a nivel mundial



     Cabe aclarar que estos datos constituyen un promedio global, ya que hay grandes desigualdades en el consumo de carne, Dinamarca es el país con mayor nivel de consumo con 145 kg de carne por año por persona y Bután el menor, con 3 kg de carne por año por persona.

    Mientras que Argentina se encuentra 18 en esta lista de los países con mayor consumo de carne por debajo de Uruguay, con casi 100 kg de carne por año por persona.


    Consumo de carne a nivel mundial por paises




    Deforestación = Consumo de carne  




     Actualmente, según los datos brindados por la FAO en su informe “La larga sombra del ganado”, cerca del 40% de la superficie libre de hielos del planeta están bajo agricultura, en tierras anteriormente cubiertas por bosques, sabanas y pastizales naturales, la mayor parte de esa superficie está destinada a producir forraje para alimentar al ganado.

    El avance de la franja agropecuaria es mayor en los países subdesarrollados, que son productores de carne, cuyas zonas son las más afectadas por la deforestación.

    Entre ellas encontramos a África Central, Sudeste de Asia y América del Sur, especialmente Brasil y Argentina.Quizás noten la dicotomía de países productores/países con hambre y subnutrición.


     La destrucción de la selva Amazonas es producto del capitalismo y el aumento progresivo del consumo de carne y productos de origen animal.

       Las predicciones del gobierno de Lula decían que el mercado global de carne se duplicaría para el 2018, lo que contradice directamente el compromiso de su gobierno en reducir en un 72% la tasa de deforestación para la misma fecha.

    La deforestación y el cambio de uso de tierra para ganado y para las industrias agronómicas hacen que Brasil se convierta en el cuarto país emisor de gases de efecto invernadero.  

      En 2006 Greenpeace Internacional brindo un informe muy completo sobre la deforestación amazónica llamado “Devorando la Amazona”, donde expone como se está avanzando sobre la selva amazónica para abrir tierras destinadas a cultivos de soja, y cómo esa soja acaba siendo exportada para la alimentación de ganado que acaba sirviendo de alimento en cadenas de comida rápida y supermercados.



    Zona del amazonas


    Como parece no haber tenido mucha repercusión en el estado brasileño, nuevamente en 2009, Greenpeace Brasil publicó un informe en el Foro Social Mundial de Belém, el cual muestra que hasta el 80 por ciento de la deforestación en la selva amazónica se debe a un aumento en la cría de ganado para consumo humano.

    El informe, titulado Amazon Cattle Footprint (Impacto de la ganadería en la Amazonia. Mato Grosso: estado de destrucción), expone la relación directa entre la expansión de la ganadería y la deforestación en el Estado de Mato Grosso, el área de la Amazonia con mayor tasa de deforestación.


    Existen muchas instituciones que avalan esta información y emiten comunicados dando a conocer su preocupación. A principios de este año, una cifra similar fue brindada por el Instituto de Alimentos y Biotecnología de Suecia, que mencionó que el 70% de la deforestación del Amazonas es producida por la ganadería.


     Actualmente, Brasil tiene la cabaña ganadera comercial más grande del mundo y es el mayor exportador de carne de vaca del mundo. Los planes del Gobierno brasileño buscan doblar sus exportaciones de carne de vaca en un 60% para el año 2018 según una nota en el diario El Mundo.


     Esto claramente va en contra de las promesas hechas por los dirigentes de detener la deforestación.

    Sin embargo, la deforestación va mucho más allá de las fronteras de contracción de la selva tropical de Brasil. Treinta por ciento del planeta está cubierto de bosques, cerca de cuatro millones de hectáreas. Pero de ellos, sólo el 9% están protegidos. El otro 91% está sujeto a la deforestación y el mal uso.

     Un estudio publicado en la revista de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos (PNAS) demostró que entre los años 1980 y 1990 más de 100 millones de hectáreas de tierras agrícolas se desarrollaron en las zonas tropicales.

    Del total, un 55 por ciento provino de bosques intactos y otro 28 por ciento provino de bosques previamente perturbados.


     No hace falta que hablemos del Congo, Brasil o Vietnam para exponer estos datos. Los bosques de la Argentina están entre los que están desapareciendo. Hoy en día sólo el 30% de los bosques originales del país permanecen. Los casos más extremos de la deforestación en la Argentina están en el Chaco y la selva de Yungas.


     En el territorio argentino la problemática es tan grave como la de esos países y más aún en la provincia de Córdoba, donde queda menos del 5% de los bosques nativos.


    Después de la Amazonía, el Gran Chaco es el bosque más grande de los ecosistemas en el continente americano, extendiéndose por Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil, comprende un millón de hectáreas, el 61% de las cuales están en la Argentina.

    El bosque es el hogar de alrededor de cuatro millones de personas, varias especies de árboles de madera dura preciosos, animales en peligro de extinción, y el 70% de la deforestación de Argentina.  

    Desforestación en Argentina


    Cuando se habla de este tema todos tiran a la mesa a los countries y a los sojeros, pero pocos se detienen a pensar la causa fundacional de esta problemática tan grave en Argentina, teniendo en cuenta de que Argentina es el décimo octavo país más consumidor de carne del mundo, con unos 100 Kg. anuales por personas.

    El modelo agropecuario utilizado en Argentina es altamente deficiente y costoso ambientalmente, al igual que en Brasil.


    En el  Informe Geo de 2004,  el gobierno nacional ya consideró que “la Argentina se encuentra en estado de Emergencia Forestal, y si se mantiene la meta de llegar a los 100 millones de toneladas de producción de granos, tendría que extenderse la frontera agropecuaria entre 12 y 15 millones de hectáreas, con lo que, en los próximos años estaríamos convirtiendo a la actividad agropecuaria el 50 por ciento de los actuales bosques nativos”.


    Si bien el territorio argentino ha perdido superficie boscosa desde 1810, es a partir de 1980-90 que entra en un proceso de deforestación sin precedentes, favorecido por cambios tecnológicos como la siembra directa y la incorporación de los transgénicos, el contexto internacional con la apertura de China a los mercados e inversiones en infraestructura, perdiendo ya dos tercios de la superficie de su bosque nativo, siendo en 2001 la tasa de deforestación registrada por la FAO para Argentina de un 0,8 %, una de las más altas de América del Sur, aunque resulta ampliamente superada en algunos sectores del territorio, tal el caso de la provincia de Córdoba, por lo que hoy el desmonte constituye el más grave problema ambiental, social y económico del país.


     Tras la introducción de los cultivos transgénicos, lecheros, ganaderos y agricultores abandonaron su trabajo para cultivar soja.

    Las fronteras agrícolas se extendieron y Argentina se convirtió en uno de los principales productores mundiales de soja.

     En Córdoba, la situación es aún más grave que en el resto de las provincias desforestadas. Un siglo atrás el 60% de la superficie provincial, estaba cubierta por bosques, pero en el informe “Deforestación, agricultura y biodiversidad” redactado por Marcelo Cabido y Marcelo Zak en 2010, ambos investigadores de la CONICET, para la revista digital Hoy Universidad de la Universidad Nacional de Córdoba, se revela que las tasas de deforestación sufridas por los bosques cordobeses no tienen comparación a nivel mundial, superando incluso a los bosques tropicales en otros países pobres y que en 100 años solo queda menos del 5% de los bosques nativos Córdoba.

     Lamentablemente Córdoba constituye el más dramático ejemplo de esa realidad: los procesos de expansión de la agricultura en los departamentos del norte cordobés, entre 1970 y 2000, ocasionaron la pérdida de más de 10 mil km2 de bosques chaqueños por conversión a cultivos anuales, principalmente soja.


    Según los datos de Dirección de Bosques de la Nación, de la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sostenible, en diciembre de 2004, la provincia de Córdoba es la provincia que tiene la tasa más alta de destrucción de bosques nativos de Argentina, con un 2,93% anual para el período 1998-2002, superando además la tasa mundial, incluso la de África.



    Bosques en peligro, humanos en peligro 





     Esto resulta un problema gravísimo, ya que los daños producidos por la deforestación resultaron prácticamente irreversibles en los casos en los que se intentó hacer algo.

    Los ecosistemas boscosos son muy frágiles y pocos conocen la altísima dependencia que tenemos hacia ellos, y si conociéramos las consecuencias de la destrucción de estos biomas, más de uno cambiaría de mentalidad.

    Algunas de las consecuencias de la deforestación son: desaparición de sumideros de CO2, degradación de los suelos con la consiguiente desertificación, alteración de los regímenes de lluvia, disminución de la biodiversidad, extinción de especies animales y vegetales, inundaciones y un largo etcétera.

    Ecosistemas boscosos






     Consumo de agua

      

    El agua dulce, como la tierra y los árboles, parecía inagotable durante la mayor parte de los primeros 10 milenios de la civilización post revolución agrícola. Por lo tanto, no parecía importar cuánta agua utilizaba una vaca.

    Pero hace unos años, nos dimos cuenta de que la especie humana consume más de la mitad del agua dulce del mundo para sus propósitos, lo que tiene connotaciones enormes en el medio ambiente.

    A pesar de lo que muchos creen (o nos venden), una persona requiere entre 50 a 100 veces más agua para producir su comida que para su uso domiciliario.


     La utilización de los recursos de agua dulce deja mucho que desear, especialmente en la agricultura.

    En algunos casos, estos recursos son sobreexplotados si el consumo supera al suministro de recursos renovables, originándose así una situación insostenible.

    Generalmente, el despilfarro en una zona priva a otras áreas del agua que necesitan, disminuyendo allí la producción agrícola y el empleo.

    Otros casos de mala gestión del agua se deben a la extracción de agua de buena calidad y al retorno al sistema hidrográfico de aguas de calidad inaceptable. Los retornos de riego a menudo están contaminados por sales, pesticidas y herbicidas.


    Consumo y escasez de agua




    Agua para los animales 




     El 22 de marzo del año 2012, la FAO emitió un informe con motivo al “Día Mundial del Agua” cuyo motivo fue el “Agua y seguridad alimentaria” , indicó la necesidad de avanzar hacia un sistema de producción de alimentos sostenible que utilice menos agua, reduzca los desperdicios y pérdidas, reconociendo que la escasez de agua es una causa primordial de falta de alimentos y subnutrición en las personas.

      En este mismo informe, Alan Bojanic, representante regional de FAO en América Latina y el Caribe, menciona que la agricultura utiliza el 70% de los recursos hídricos (donde se incluye el agua empleada en ganadería y el riego de las tierras para la producción de alimentos para el mismo), mientras que la industria utiliza el 20% y sólo 10% se destina a uso doméstico.


    Día mundial del agua





    Las cifras brindadas por la FAO muestran que para producir un kilo de carne se requieren unos 15.000 litros de agua, mientras que para generar un kilo de granos se requieren 1.500 litros de agua.







    Utilización del agua por sectores


    Otros números fueron brindados por la Comisión de la ONU sobre Desarrollo Sostenible, "Agua - Más nutrición por la misma cantidad de agua" en 2004, donde mencionaban que para producir 100 gramos de carne se requieren hasta 7000 litros de agua.





    En el informe “Alimentar a un mundo sediento: Retos y oportunidades para el mundo seguro del a gua y la seguridad alimenticia” brindado por el Instituto Internacional de Agua de Estocolmo para la semana del cuidado del agua en el 2012 muestra claramente como la escasez de agua producida por los métodos derrochadores aplicados a la producción de alimento va a ser un problema en la mitad del siglo XXI, cuando la población ascienda a unos 9 mil millones y se mantenga la tendencia en aumento de consumo de carnes y derivados.



    La agricultura de regadío tiene un impacto significativo sobre el medio ambiente. Un efecto positivo es que el riego de una pequeña área de alta productividad frecuentemente puede reemplazar el cultivo de mayores superficies de tierras marginales. Sin embargo, la extracción de agua de ríos y lagos para el riego también puede poner en peligro ecosistemas acuáticos, como los humedales, ocasionando pérdidas en su productividad y biodiversidad.



    Esto ha tenido consecuencias importantes para las poblaciones que dependían en esas áreas de la pesca continental y en la acción filtrante natural de los humedales, que históricamente han depurado buena parte de las aguas residuales del han sido lamentables.


     Muchos países se encuentran en una situación hídrica deficitaria, porque están ya consumiendo más agua que los recursos renovables que tienen disponibles. Los déficits de agua se producen principalmente si la extracción de aguas subterráneas supera la recarga de los acuíferos. Esto conlleva al agotamiento de un recurso natural, por lo que este uso insostenible de los recursos hídricos no puede continuar por mucho tiempo.





     Agricultura de regadío



    La sobreexplotación de las aguas subterráneas para la producción de alimentos tiene serias implicaciones.

    En muchos países los acuíferos han sido sobreexplotados. Se estima que en los principales países deficitarios de agua anualmente se sobreexplotan alrededor de 160 km3.

    Esto significa que aproximadamente 180 millones de toneladas de granos, es decir, alrededor del 10 por ciento de la producción mundial, se están produciendo con recursos hídricos no renovables. Irónicamente, una cantidad similar de alimentos, o incluso mayor, está en peligro en regadíos que tienen drenaje inadecuado y por tanto niveles freáticos altos.


       El exceso y la falta de agua siempre han sido riesgos naturales de la agricultura. En la actualidad, los agricultores sufren más que nunca los extremos climáticos, a pesar de los avances en la predicción del tiempo, del uso de satélites meteorológicos y de la existencia de avanzados modelos informáticos de simulación del clima.

    Aunque estos fenómenos extremos puedan ser más frecuentes como resultado del cambio climático, la vulnerabilidad también ha aumentado por otras razones: la densidad de población ha aumentado; el uso de tierras marginales para cultivos inapropiados, que cada vez es más frecuente, aumenta la erosión potencial del suelo y da lugar a inundaciones súbitas; la deforestación de tierras con fuertes pendientes ha eliminado la cobertura vegetal que las protegía; la potente maquinaria agrícola que actualmente se emplea ha eliminado la cubierta vegetal de las tierras en una fracción del tiempo mucho menor que la que antes se requería; y las presiones económicas sobre los agricultores para aumentar la productividad mediante una agricultura intensiva han conducido a prácticas agrícolas inestables e insostenibles.

    Será imposible maximizar la producción agrícola con recursos hídricos limitados si no se corrigen los factores que acentúan los efectos de los desastres naturales.


       Además, La ganadería también afecta la recarga de los acuíferos en tanto que influye en los procesos de compactación del suelo, reducción de la infiltración, degradación de los márgenes de los cursos de agua, desecamiento de llanuras inundadas y disminución de los niveles freáticos. La ganadería, al incrementar la deforestación, incrementa también las escorrentías y reduce los cursos de agua durante la estación seca.



    El despilfarro de los recursos hídricos, que son limitados, ocurre con frecuencia en cada interferencia humana en el ciclo hidrológico natural.

    El riego es evidentemente poco eficiente: el agua se desperdicia en cada fase, desde las filtraciones de los canales que conducen el agua hasta los grandes volúmenes que se aplican en tierras cultivadas, en exceso a las necesidades de los cultivos, o inútilmente a suelos en barbecho.

    En el futuro, la mejora de la eficiencia del riego (que actualmente es inferior al 40 por ciento) es un objetivo clave.



     No solo se consume, también se contamina




    Al igual que el consumo, la eliminación de residuos parecía no tener límite, ya que el agua como solvente universal, todo lo diluye. Siempre había nuevos lugares para eliminar las excretas.    Pero hoy, los residuos de las enormes granjas industriales supera la capacidad de absorción del planeta, causando sobre saturación de los ríos que llevan residuos ganaderos.


     Las granjas industriales, que son granjas gigantes, también conocidas como corrales de engorde, albergan miles de vacas, pollos o cerdos y producen enormes cantidades de desechos animales.La forma en que estos residuos se almacenan y utilizan tiene profundos efectos en la salud humana y el medio ambiente.






    Granjas industriales de engorde


    En la mayoría de estas granjas, los animales están hacinados en zonas relativamente pequeñas, con alta densidad poblacional, por lo que el estiércol y la orina se canalizan mediante desagües o sistemas de lavados a las llamadas lagunas de desecho masivo, las cuales no son un espejo azul rodeado de bosques ni montañas, sino que son enormes agujeros en el suelo al aire libre llenos de desechos de los animales, algunas mayores a siete hectáreas que pueden llegar a contener tanto como 75 a 170 millones de litros de aguas residuales.


    No es muy difícil suponer que abundan las oportunidades para el desastre, ya que estas lagunas se rompen con frecuencia, se fugan o derraman si se llenan demasiado, provocando una liberación peligrosa de microbios resistentes a los medicamentos y de nutrientes residuales como el nitrógeno y el fósforo. Pero incluso si nada de esto ocurre, estas lagunas aún liberan gases tóxicos y mal olientes. 



    Gestión de desechos en lagunas


    Frecuentemente el agua contenida en las lagunas es bombeada para rociar los campos. Si bien el estiércol puede ser un excelente fertilizante cuando se aplica a tasas que puedan absorber los cultivos, las granjas industriales producen mucho más estiércol que la tasa de absorción de la tierra, causando filtración de estos residuos hacia las aguas subterráneas.


    Estos nutrientes provocan floraciones de algas y otros microorganismos que consumen el oxígeno del agua, produciendo un estado de anoxia o hipoxia acuática con consiguiente muerte de la fauna marina. Estos lugares se denominan “zonas muertas” o “dead zone”, y constituyen un fenómeno que se produce de manera natural, pero la intervención de la actividad humana contribuye a acentuar sus consecuencias nocivas para el medio ambiente, por lo que un riguroso control y manejo de los desechos arrojados a mares y ríos ayudaría a aminorarlas en forma considerable.


     La materia orgánica que se deriva tanto de las excretas de los organismos como de su mortalidad natural, es degradada para su posterior reutilización dentro de la cadena alimenticia por las bacterias, las cuales utilizan oxígeno durante este proceso; sin embargo, cuando la cantidad de materia orgánica se incrementa de manera artificial por los desechos vertidos en las aguas de origen agrícola e industrial, aumenta también la población bacteriana, lo que genera a su vez un consumo de oxígeno disuelto de más del triple de lo normal, ocasionando un descenso abrupto de este vital gas que provoca una mortalidad importante de los seres vivientes que conforman el ecosistema.


     Existen varias zonas, pero unos de los más notorios y estudiados por su extensión y estado alarmante es la llamada zona muerta del Golfo de México, en la desembocadura del Río Mississippi frente a las costas de Louisiana y Texas, que según científicos de la Universidad de Texas A&M se extendía a través de unos 8500 kilómetros cuadrados a mediados del 2011.

    Sin embargo, la cuenca del río Mississippi ocupa el tercer lugar en el mundo por su tamaño después de la cuenca de los ríos Amazonas y Congo, drenando aproximadamente el 41 por ciento del territorio de Estados Unidos.


    Zona muerta del golfo de méxico
    Imagen satelital del Golfo de México, EEUU. Cuando las algas mueren y se hunden, las bacterias que residen en el fondo del mar descomponen la materia orgánica, un proceso que consume oxígeno. El resultado es una región donde hay escasez de oxígeno en las aguas del fondo y cercanas al fondo: la zona muerta.
     


     Y en Argentina sucede lo mismo, sólo que no está estudiado y difundido como los anteriores, esto es fácil extrapolarlo cuando caemos en cuenta que el modelo agropecuario argentino, que es similar al de los EEUU, por lo que no es casual que los ríos Paraná, Salado del Norte, Salado del Sur, Carcarañá, de la Plata y Colorado se inscriban entre los más contaminados del planeta.




    Cambio climático




     La atmósfera es fundamental para la vida en la tierra. Además de suministrar el aire que respiramos, regula la temperatura, distribuye el agua y es parte de procesos fundamentales como los ciclos del carbono, nitrógeno y oxígeno, y protege a los seres vivos de las radiaciones perjudiciales.

    Estas funciones están reguladas por procesos físicos y químicos complejos que operan en un equilibrio dinámico muy frágil. Hay una creciente evidencia de que las actividades humanas están alterando los mecanismos atmosféricos.

     
     En la actualidad se considera que el cambio climático de origen antropogénico es un hecho comprobado y sus repercusiones en el ambiente han comenzado a someterse a examen.

    El efecto invernadero es un fenómeno natural que ocurre en nuestro planeta que ha permitido el desarrollo de la vida y se llama de esa manera porque justamente, actúa como un invernadero, sin el cual la temperatura media de la superficie terrestre no sería de 15 ºC sino de ‑6 ºC.

    Este efecto es posible gracias a la atmósfera, una capa de gases que rodea a la Tierra y que permite la entrada de algunos rayos solares que la calientan al mismo tiempo que evita que se propague todo el calor hacia el espacio, pero solo retiene unos rayos, no todos.

     Este mecanismo, que no es para nada simple, permite que el planeta tenga una temperatura aceptable para el desarrollo de la vida tal como la conocemos, y probablemente sin el efecto invernadero no podríamos vivir.

     Por lo que, el efecto invernadero no es un problema en sí, el problema es que el hombre ha logrado que este mecanismo natural aumente su potencia debido a la emisión masiva de los Gases de Efecto Invernadero (GEI), los cuales son el dióxido de carbono (CO2), metano (CH4), óxidos de nitrógeno (Nox), el vapor de agua (H2O), el ozono (O3) y los clorofluorcarbonados (CFC's).


    Al aumentar la concentración de esos gases en la atmósfera, el efecto invernadero también aumenta, ya que estos gases están reteniendo más rayos solares que lo normal, causando de esta manera el Cambio Climático.


     Según la NASA (National Aeronautics and Space Administration) los cinco años más cálidos desde la década de 1890 fueron 1998, 2002, 2003, 2004 y 2005.


        


    Según la NASA (National Aeronautics and Space Administration) los cinco años más cálidos desde la década de 1890



    De hecho, el promedio de las temperaturas globales han aumentado considerablemente, y el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático predice aumentos de 1.8-3.9 ° C para el año 2100.

    Estos aumentos de temperatura son mucho mayores que los observados durante el siglo pasado, cuando la temperatura media aumentó sólo 0,06 ° C (0,12 ° F) por década según la National Oceanic and Atmospheric Administration.


    Las proyecciones en las concentraciones de CO2 y su consiguiente impacto en el aumento de la temperatura global durante el período 2000-2100 se basan en posibles escenarios desarrollados por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático. Fuente: IPCC

    Temperaturas globales mundiales



     Es probable que el cambio climático tenga un impacto considerable en el ambiente. En términos generales se puede afirmar que cuanto más rápido ocurran los cambios, mayor será el riesgo de que los daños excedan nuestra capacidad para hacer frente a sus consecuencias.

    Se espera que para el año 2100 el nivel medio del mar aumente entre 9 cm y 88 cm, causando inundaciones en zonas bajas y otros daños. Las zonas climáticas podrían sufrir un desplazamiento hacia los polos y las cimas de las elevaciones alterando bosques, desiertos y otros ecosistemas naturales.

    Como resultado muchos ecosistemas se degradarán o se fragmentarán y algunas especies se extinguirán.

    La intensidad y el impacto de estos cambios presentará variaciones considerables en las diferentes regiones. La sociedad tendrá que afrontar nuevas amenazas y presiones. Si bien no es probable que la seguridad  alimentaria resulte comprometida a nivel global, en algunas regiones se registrarán disminuciones en los  rendimientos de los cultivos básicos y ciertas zonas podrían experimentar escasez de alimentos y hambrunas.



    Los recursos hídricos se verán afectados como resultado de los cambios globales en los patrones de precipitaciones y de evaporación del agua. La infraestructura física sufrirá daños generados principalmente por el aumento del nivel del mar y los eventos climáticos extremos.

    Los efectos directos e indirectos sobre las actividades económicas, los asentamientos humanos y la salud pública serán numerosos.

    Los pobres y los grupos de escasos recursos y, de manera más general, los países menos desarrollados serán más vulnerables ante las consecuencias negativas del cambio climático puesto que su capacidad para elaborar mecanismos que les permitan afrontar esta situación es más limitada.


    Inundaciones por el cambio climático
      


    Gases de invernadero 




    Generalmente cuando hablamos de calentamiento global, hablamos de dióxido de carbono, pero como mencionamos anteriormente, también hay otros en juego, y los 3 gases principalmente son: el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (NO2).


    El dióxido de carbono es el gas que contribuye en mayor medida al calentamiento simplemente porque sus emisiones y concentraciones son más altas que las de otros gases. El metano es el segundo gas de efecto invernadero más importante.

    Después de su emisión el metano permanece en la atmósfera aproximadamente de 9 a 15 años. El poder de retención de calor del metano es unas 21 veces superior al del dióxido de carbono en un período de más de 100 años.

    Las concentraciones atmosféricas de CH4 se han incrementado en aproximadamente un 150 por ciento desde la era preindustrial, si bien recientemente se ha registrado una desaceleración de las tasas de aumento.

    Las emisiones de este gas proceden de una variedad de fuentes tanto naturales como asociadas con la actividad humana, entre las que podemos mencionar los rellenos sanitarios, los sistemas de petróleo y gas natural, las actividades agrícolas, la minería del carbón, la combustión de fuentes móviles y fijas, el tratamiento de aguas residuales y ciertos procesos industriales.


    Gases de efecto invernadero



    El óxido nitroso es el tercer gas de efecto invernadero con mayor potencial para el calentamiento directo. Aunque está presente en la atmósfera en cantidades muy reducidas, sin embargo, su capacidad de retención de calor es 296 veces superior a la del dióxido de carbono y su tiempo de permanencia en la atmósfera es muy largo (114 años).


    La mayoría de nosotros sabemos que nuestros vehiculos, el combustible utilizado para generar electricidad en las centrales termoeléctricas e incluso nuestras fábricas afectan negativamente al medio ambiente.     Sin embargo, los alimentos que consumimos siempre estuvieron fuera de la discusión.



    El ganado como principal emisor de gases de efecto invernadero




    La contribución del sector pecuario en su conjunto en estos procesos no es bien conocida. Prácticamente en todas las etapas del proceso de producción animal se emiten y liberan en la atmósfera sustancias que contribuyen al cambio climático o a la contaminación del aire, o se obstaculiza su retención en otros reservorios.

    Estos cambios son no sólo el efecto directo de la cría del ganado sino también la contribución indirecta de otras fases del largo camino que conduce a la comercialización de los productos pecuarios.

    El informe de la FAO “La larga sombra del ganado” publicado en 2006 expuso la evidencia: nuestra dieta, y en concreto, la producción de carne es responsables del 18% de las emisiones de gases de efecto invernadero medidas en equivalencia de CO2, generando más gases de efecto invernadero que el transporte y las fábricas.


     Su conclusión fué: “El sector ganadero constituye uno de los más importantes factores de degradación ambiental, tanto a nivel local como global. Los resultados de este informe sugieren que debería ser un punto esencial en las políticas para tratar los problemas de degradación de las tierras, del cambio climático y la contaminación del aire, de la falta de agua y la contaminación de la misma, y de la pérdida de biodiversidad. (...) Su impacto es tan importante que debe ser atajado con urgencia”.     


    El sector ganadero constituye uno de los más importantes factores de degradación ambiental



    Como dijimos anteriormente, una tonelada de metano, el gas principal de efecto invernadero agrícola, tiene el potencial de calentamiento global de 23 toneladas de dióxido de carbono.

    Una vaca lechera produce aproximadamente 75 kilogramos de metano al año, equivalentes a más de 1,5 toneladas métricas de dióxido de carbono. La vaca, por supuesto, sólo está haciendo lo que es natural, eliminar gases es algo natural.

    Sin embargo, las personas tienden a olvidar, que la ganadería es una industria. Hemos limpiado la tierra, sembraba el pasto, criado el stock, y así sucesivamente, es una GRAN INDUSTRIA y constituye un asunto humano.

    A pesar de esto, todavía ningún gobierno ni entidad responsable se plantea promocionar un estilo de vida más sano y más sustentable.
     

     Pero la FAO no es la única entidad que reconoce esta realidad. Según el reciente estudio de Goodland and Anhang, publicado en la revista World Watch, el ganado y sus subproductos serían responsables del 51% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

    En el mencionan que “sustituir los productos ganaderos por alternativas basadas en soja y otros vegetales sería la mejor estrategia para combatir el cambio climático. Este enfoque tendría unos efectos mucho más rápidos sobre las emisiones y su concentración atmosférica (y por consiguiente sobre el ritmo de calentamiento global) que las acciones para sustituir los combustibles fósiles por energía renovable”.



    sustituir los productos ganaderos por alternativas basadas en soja y otros vegetales sería la mejor estrategia para combatir el cambio climático



    Muchos de los impactos del calentamiento global ya son detectables. A medida que retroceden los glaciares, el nivel del mar sube, la tundra se descongela, los huracanes y otros fenómenos meteorológicos extremos se producen con mayor frecuencia, y los pingüinos, osos polares y otras especies luchan por sobrevivir, los expertos anticipan aumentos aún mayores en la intensidad y prevalencia de estos cambios como el siglo 21 trae aumentos en las emisiones de gases de efecto invernadero.


     No es un tema menor, siempre ignoramos las consecuencias hasta que suceden. A nivel global, las actividades pecuarias contribuyen con un porcentaje estimado del 18 por ciento del total de emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero provenientes de los cinco principales sectores emisores de estos gases: 1) energía; 2) industria; 3) residuos; 4) uso de la tierra, cambio de uso de la tierra y silvicultura; y 5) agricultura.

    Considerando solamente los dos últimos sectores, la participación del sector pecuario está por encima del 50 por ciento y tomando exclusivamente el sector agrícola, el sector pecuario da cuenta de aproximadamente el 80 por ciento del total de las emisiones.


     La agricultura en el planeta habría ya superado un punto de inflexión amenazante, pasando de ser una causa menor de degradación ambiental hace tan sólo 35 años, a constituir la principal fuente de deposición de nitrógeno y fósforo en ambientes terrestres, acuáticos y marinos, como así también la causa más importante de la calentamiento global, desaparición y fragmentación de hábitats y de la consecuente pérdida de bosques y biodiversidad.



      
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                                                                                                             Ezequiel Martín Arrieta
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