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domingo, 6 de agosto de 2017

Dieta japonesa, un ejemplo a imitar

Dieta japonesa, un ejemplo a imitar



En la cocina tradicional japonesa se conservan un sinfín de características: sabor, aromas y estética. Sus platos, que pueden ser crudos, cocidos, fritos y marinados, buscan respetar los sabores del alimento.
Dieta japonesa, un ejemplo a imitar




La dieta japonesa no supera las 2.300 calorías diarias para los hombres y 1.950 para las mujeres. Las algas, que son parte importante de la misma, son ricas en minerales y en calcio.



El pueblo japonés es en la actualidad uno de los más longevos del mundo, y su alimentación es en este aspecto un factor esencial.

Además, Japón tiene, entre los países desarrollados, el índice de sobrepeso y obesidad más bajo (sólo el 10%); mientras que la mayoría de los países Estadounidenses y latinoamericanos cuentan más o menos con el 50%.

Al igual que su cultura, la cocina japonesa es milenaria. Es rica en productos frescos, por lo que proporciona una dieta muy equilibrada.

La misma consiste principalmente en soja, arroz, pescado y verduras, y es más sana que la dieta occidental, al ser más baja en grasas animales y proteínas.

En la cocina tradicional japonesa se conservan un sinfín de características: sabor, aromas y estética. Sus platos, que pueden ser crudos, cocidos, fritos y marinados, buscan respetar los sabores del alimento.

Es así que los ingredientes son tratados de forma muy sencilla, respetando al máximo el sabor de cada uno y haciendo hincapié en usar siempre productos de cada estación, para asegurar su frescura.

La dieta japonesa no supera las 2.300 calorías diarias para los hombres y 1.950 para las mujeres. Las algas, que son parte importante de la misma, son ricas en minerales y en calcio.

El mijo, otro elemento esencial, contiene hierro, fósforo y vitamina A. El Tofu se destaca por su riqueza en proteínas, hierro, calcio y vitamina B.

Todos estos productos unidos ofrecen como resultado una dieta suficientemente rica en proteínas, abundante en hidratos de carbono y escasa en grasas.

Los japoneses casi no usan nata, mantequilla o margarinas vegetales, y el aceite sólo lo emplean en pequeñas cantidades y para aliñar las verduras.




En esta dieta tan especial como sencilla, se procura que en cada comida haya todo tipo de alimentos: verduras de hoja, algas, raíces, troncos, frutos, semillas, pescado, carne (en pequeñas cantidades), arroz



Además la gran cantidad de verduras que comen, solas o en guarnición, aportan la fibra que necesita el organismo (no suelen comer pan).

En esta dieta tan especial como sencilla, se procura que en cada comida haya todo tipo de alimentos: verduras de hoja, algas, raíces, troncos, frutos, semillas, pescado, carne (en pequeñas cantidades), arroz (producto imprescindible).

Además, los platos son servidos todos a la vez. Por lo general, un menú japonés tiene un plato principal y otros dos más pequeños, acompañados de sopa y arroz.

De esta manera se consigue que el menú no sea aburrido, ya que se pueden combinar varios sabores muy distintos, y además de una forma ligera.


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